lunes, 17 de octubre de 2011

Notas sobre hidalguía y heráldica en Cintruénigo



A primeros de abril del año 1775 amenazaba ruina el ayuntamiento de Cintruénigo. Se trataba de un viejo edificio y la casa a él adosada estaba siendo derribada, con lo que el problema se agravó. Hubo que apuntalarlo con maderos por el exterior, quedando suspendidas las utilidades, que prestaba: en la planta baja se celebraban las sesiones concejiles, reservándose para cárcel una parte, que había demostrado su inseguridad por las espectaculares fugas habidas, horadando el muro. El piso superior estaba dedicado a escuelas municipales.
Para optar por la mejor solución, decidieron recabar informe pericial de dos maestros albañiles: Nicolás Laguardia y Roque Garbayo. Ambos coinciden en certificar el día 18 de abril de 1775 que el inmueble no puede ser utilizado y dada la precariedad de sus elementos debe optarse por su demolición; aconsejan construir otro de nueva planta. Calculan que podría costar unos 1000 ducados. Estos datos pertenecen a documentación del Archivo General de Navarra, Sección de Procesos, n.º 22052, del que anotamos los folios.
La administración de la villa se encontraba en excelente situación económica; tenía excedentes del ejercicio del año 1774 y calcula que aun serán mayores, los que quedarán en éste; en todo caso suficientes para dedicarlos a obra tan necesaria. Así lo expone al Consejo Real, solicitando permiso para el gasto y “para que pueda elegir la casa más cómoda que sirva de sala y otra abitación para la escuela, no estando ocupadas por sus legítimos dueños, por el tiempo que fuese combeniente y que las rentas de ambas oficinas se satisfaga por el depositario de sus propios y rentas, proporcionándoles con la equidad correspondiente.”
El día 9 de junio el Consejo Real dictamina que “se forme plan y condiciones con arreglo al coste que expresa la declaración y se saque en candela y remate con ocho días, y en quoanto al otro (la ocupación de espacios a renta para sesiones y escuela), sí como se pide.” (folio 7) Tanto la solicitud de escoger estas casas, como la licencia, demuestran un ágil sentido del bien común en esta sociedad.
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