Soldados: 1777
“Representación de la Diputación del Reino para el Rey en el
negocio del reemplazo del ejército. Es la que formó con vista de otra de Don
Juan Bautista de San Martín y Navaz, abogado de Madrid. Examina en ella los
principios generales de las sociedades civiles con buena crítica, método y
claridad, y pasa después al origen de la Constitución de Navarra, y de lo que
de ella se deduce para no contribuir al reemplazo del ejército, sino según sus
Fueros”.
“Madrid y mayo de
1777. Quintas. Representación a S. M. presentada
por el Licenciado Don
Juan Bautista San Martín”:
“Señor”
“1. El Reyno de Navarra,
representado por su Diputación, y en nombre de ésta Don Fermín Sánchez Muniain,
su Apoderado: a consecuencia de la Real Orden de V. R. P. de 24 de octubre del
año próximo pasado, con que se sirvió remitir a la Cámara el expediente y
representación de aquel Reyno de 6 del mismo mes, para que oyendo
instructivamente a su Fiscal y al Apoderado de dicho Reyno, se trate en ella la
materia con la atención y pulso, que la es tan propio, consultando su dictamen
para la Real Resolución; y en vista de todos los documentos, que componen el
citado expediente con la última propuesta dada por el Fiscal de V. M. en 24 de
enero de este año, Dize:
2. Que va
para 6 años que los clamores del Reyno no cesan de fatigar la Real atención y
oídos de V. M., pero ha otros tantos, que las contradicciones del Fiscal de V.
M. le ponen en mayores aflicciones.
3. La causa
de todo esto, considerando bien lo que produce, más que la Real Ordenanza de
Remplazo de 3 de noviembre de 1770, viene a consistir sin duda en la desgracia
de no acertar el Reyno a manifestar sus fundamentos.
4. El
Fiscal de V. M. entiende que el punto de questión recae sin duda en ofensa de
la soberanía; y conducido de este espíritu, y de aquel ardor y zelo que siempre
le ha encendido en el servicio de V. M., no cesa de objetar, conforme ha
comprehendido deberlo hacer su obligación.
5. Pero el
Reyno, que aunque antiguo, nunca puede olvidar sus deberes presentes, no puede
menos de sentir, ver con tanta ofensiva equivocada la sinceridad de su
intención.