Arriba: 1602
Don Martín Arangoa, abad de Arriba, contra Juanes Ierabide
(o “Iguerabide”) o Beltrán Inchaurrondo, preso, por palabras de injuria y haber
querido matarle.
El 2 enero
de 1602 declara la sirvienta del clérigo, María Sanz, de 40 años; sirve en casa
del abad desde hace 22 meses; dice que al hablar con Juanes de Ierabide, éste
le dijo que “él abía de saber como tenía su amo, el tripudo, su grande
barriga”. Como relata que estaban con espada y rodela, le preguntaron si sabía
qué es este último útil y contesta: “es una cosa redonda y hueca de par de
dentro y según a oydo decir sirve de defensa para los golpes de espada
cubriéndose la cabeça”. Al ver las cosas mal mandó a Graciana a dar aviso “con
una suçia en la mano para que se alumbrara.” (f. 6)
Graciana de
Oscoz, de 40 años, que llevaba 15 días componiendo linos declara que “el dicho
Joanes de Yerabide le respondió que a su amo, el de la grande barriga, le abía
de sacar las tripas.” (f. 8v)