lunes, 1 de julio de 2013

Alsasua: 1815: difícil situación tras la guerra. Goicoechea y López de Zubiría se quejan



Alsasua: 1815: Cristóbal Goicoechea y Fernando López de Zubiría los más pudientes.

En noviembre de 1815 Fernando López de Zubiría, Francisco Antonio Galbete y Cristóbal Goicoechea, vecinos de Alsasua, se quejan del reparto hecho para el pago de los atrasos de la Guerra de la Independencia.
El 14 del mismo contesta el pueblo ante la deuda que se había acumulado: 106.707 reales y 33 maravedíes, más otras cantidades; de cerca de 200 yuntas, solo habían quedado una docena:
            “Joaquín de Barricarte, procurador del lugar de Alsasua, su Concejo y Regidores, como de derecho mejor proceda e informando sobre la solicitud hecha en vuestra Corte por Fernando López de Zubiría, Francisco Antonio Galbete y Cristóbal Goycoechea, vecinos del mismo lugar, digo que aunque los actuales Regidores entraron a servir sus cargos después de San Miguel de septiembre último, por cuya razón no se hallan enterados como tales de la disposición y acuerdo que se tomó por el pueblo sobre el particular de que se trata, no obstante con el auxilio de luces del mismo pueblo y de sus vecinos, deben hacer presente a la superior justificación del Tribunal, que sobre haber sido distinguido este pueblo en los rigores y perjuicios causados en la última Guerra de este Reyno, experimentó también los gastos de la más importante consideración.
Su principal origen tuvieron en el seis de noviembre de 1808, en que designaron los enemigos por punto de etapa y mansión, estableciendo en seguida una guarnición de fuerza armada bastante respetable, que se mantuvo por tiempo de un año, poco más o menos, haciendo que la mantuviesen, así mismo que las tropas que transitaban por él en unión con los otros cinco pueblos del Valle, sin que otro pueblo, ni Comunidad ayudase a llevar tan grabe peso; y sin perjuicio del servicio de bagajes que desde aquel estremo del Reyno se dieron para todas partes, y hasta el punto de Zaragoza infinitas veces, en cuya larga carrera no hay que adbertir las muchas yuntas que habían de perecer, o salir muy perjudicadas....


          ...  El pueblo de Alsasua pide que ambos paguen en la proporción, que se les ha asignado: habían dispuesto 1.856 clases los aproximadamente 200 vecinos que tenía Alsausa el año 1813, y que por tanto estos dos disconformes vendrían a pagar como 5 vecinos; Francisco Antonio Galbete se apartó de la reclamación:
Fernando López de Zubiría = 46 clases
Cristóbal Goicoechea = 66 clases.
            Estas vienen a ser las aclaraciones que Alsasua presenta:
Reconocen el esfuerzo de López de Zubiría por el pueblo y el Valle: “pero desde que fue Alcalde se separó enteramente de las Juntas, que hacía el pueblo para tomar sus disposiciones de gobierno, y Goicoechea nunca ha asistido a ellas. Aquel ha tenido algunas desgracias y ha padecido durante la Guerra sus trabajos; pero éste nunca ha tenido un comercio más activo y lo menos será lo que le han producido sus botigas abiertas, una en el lugar de Alsasua y otra en la villa de Ataun, porque ha tenido expediciones directas a Londres, Bristol y otras partes.”
Aluden al acuerdo de los 200 vecinos, que quieren invalidar y entonces habían de discurrir una solución:
 “y para tan justas consideraciones se conbino en aquel medio, el qual no conviene anularlo ínterin las contrarias no facilitan otro mejor; porque entonces sería un monstruosos desorden terrible en sus efectos. Finalmente si las contrarias conocen como conoce también el lugar que en el sistema de contribuciones de la última Guerra ha sido gravado este por el Valle, procuren el medio de indemnizarlo, pero a su pretesto no combiene que se imbalide la resolución general del pueblo; de un pueblo que su voto es la Ley, no chocando con las municipales o con las costumbres buenas, porque en la administración de sus ramos no está sujeto a dar cuentas a vuestro Supremo Consejo; y por eso están más ligados las contrarias a pasar por él, y a que no pueden tachar el destino de sus arbitrios mayormente quando es por un fin tan bueno, como es el de redimir en sus necesidades a los infelices que han alargado sus recursos con más abundancia, que aquellos; y por todo esto deseara el lugar que se diese un método mejor y más acertado; pero entre tanto entiende que no se deve dar lugar a las ideas arbitrarias de las contrarias de eludir su solución, sino que la verifiquen y cumplan, dejándoles para después si fuese menester lugar a quantas reclamaciones quieran, y si con ellas descubriesen un medio más importante que juntamente que sus alegados perjuicios, sea capaz de indemnizar también los de sus combecinos, y estos se darán por muy servidos y no sabrán como tributarles las gracias al ver que con sus superiores luces, suspendiendo por un momento el afán de sus negocios mercantiles, se dedican a proporcionar el bien general, quietud y pacificación del pueblo.
A todo lo qual y demás favorable a V. M. suplico mande sin embargo del citado escrito contrario y pedimiento en él comprenso, declarando no haver lugar a éste, y haciendo auto de las escrituras que presento, proveer como lo tengo suplicado que así es conforme a derecho y justicia que pido y costas. Licenciado Lecea.” (Así lo firma el 5 de junio de 1816. Folio 19)
           
            Cristóbal Goicoechea contesta que el tercero no se ha apartado de la protesta, y que otros la harían también, si no fuera por el miedo a ser insultados. Dice al respecto que él tuvo que retirarse a Ataun ante la invasión de los franceses con algunos géneros; y que a esto no se puede llamar Botiga: reconoce que con otros socios envió lanas a Inglaterra: “que llegaron a venderse, también es verdad que en retorno se perdió el barco con todos los géneros, su tripulación y dos socios, cuyo acontecimiento le obligó a enbiar a su hijo al descubrimiento del estado de la negociación, gastando crecidas sumas, que produgeron las más considerables pérdidas.” Pide que se efectúe una revisión del catastro, con lo que termina el papeleo sobre el pleito. 



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