viernes, 28 de junio de 2013

Alsasua: 1824: Martín José Guridi topa con la Iglesia


            “Declaración recibida a Martín José de Guridi, vecino del lugar de Alsasua, y preso en su Cárcel pública.”

“En el lugar de Alsasua y dentro de su Cárcel pública a primero de mayo de mil ochocientos veinte y cuatro: El Señor Don Thomás Ezquer de Lizarraga, teniente de Alcalde de este Valle de Burunda, hizo comparecer a su presencia y de mi el escribano infrascrito a Martín José de Guridi, preso dicha cárcel, para efecto de recivir su declaración a tenor de la culpa que contra él resulta de la información recivida sobre los maltratos y excesos que a cometido, para lo cual se le recivió por su merced juramento en forma de derecho de que yo el escribano doi fe, para que a su fuerza declare la verdad en razón de lo que fuere preguntado, y absolviendo ofreció hacerlo así, que es de edad de cinquenta y tres años y declaró en la forma siguiente:

Preguntado cómo se llama, de dónde es natural y vecino, su estado, y oficio, enterado dijo se llama Martín José Guridi, natural y vecino de este lugar, de estado casado con muger y cinco hijos, y su oficio labrador, y también se ocupa en la industria de hacer cestos y cribillos y responde.

Preguntado quién lo a preso, dónde, cuándo y por qué causa, enterado declara ignora quién le hizo preso, si fue la Justicia o algunas otras personas, y no sabe cual es delito que a tenido para ello, pues al parecer no a hecho mal ninguno, y lo demás que contiene la pregunta ignora.

Preguntado si el día veinte de enero último por la mañana haviendo entrado en la iglesia y sacristía le sacudió algunos golpes al sacristán lego José de Galbete, y qué motivo tuvo para ello, enterado dijo, es cierto le dio en la sacristía algunos golpes porque le quiso impedir hacer buenas obras y conoce hizo mal y responde.

Preguntado si después que le pegó al sacristán y salió éste de la iglesia, encendió las velas, y puso en el altar mayor, y enseguida se revistió de las vestiduras sacerdotales y cuál hera su intento y fin, enterado dijo es verdad encendió las velas, y principio a poner las vestiduras sagradas con el fin de decir misa y no tuvo por entonces en su mano porque estaba privado de juicio y desde luego reconoce su mal deporte, pero lo verificó llevado del insulto de su locura que con bastante frecuencia padece y responde.

Preguntado si entre seis y media y siete de la tarde de martes veinte y siete de abril último fue al Pórtico con su navaja en la mano y le insultó al Abad Don Pedro Manuel de Garate, sin que por más instancias que le hizo hubiese querido entregar dicha navaja, y sin duda tenía intención de ofender con ella, enterado dijo que su intención fue el de hir a la iglesia a rezar el rosario y le quiso estorbar el Abad, quien a golpes de palos le quitó la navaja, pero no tenía deseo ninguno de hacer mal al mismo, ni otra persona alguna, sino que se le puso en la cabeza que los Caballeros hiban también a la iglesia con sus espadas y en parte quiso imitar y responde.

Preguntado si después que dejó la navaja, porque le asió al Abad tirándose sobre él, enterado dijo que dicho Abad le pegó con el palo o bastón, y porque no le repitiese caieron los dos, pero no le pegó ni le hizo daño y responde.
Preguntado si aquella tarde estubo en Soldaubide y el Prado del Christo, y con qué intención fue a dichos parajes, pues sin duda lo verificó a hacer algún mal al Abad, y porque éste acostumbra hacer sus salidas a dichos sitios, y claro está que cuando no lo encontró, y después que oyó repicar la campana para el rosario fue al Pórtico de la ...
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