martes, 13 de marzo de 2012

José Martínez Bujanda: memorial de sus andanzas durante la Guerra de la Independencia

José Martínez Bujanda solicita en 1813 el puesto de Secretario de la Diputación de Navarra; expone sus actividades durante la Guerra de la Independencia.
 “Muy Señor mío de todo mi respecto: Si en dictamen de V. I. mereciese alguna consideración un hombre que estimulado por su ardiente patriotismo ha recorrido, durante cinco años, gran parte de la Península en comisiones, y destinos temporales los más peligrosos y complicados: un hombre que hallándose facultado por Generales en Gefe, y varias Juntas Superiores de Provincia, para exigir de los exánimes pueblos toda especie de pedidos análogos a su manutención, nunca pudo acomodarse a la detestable práctica de racionista ni otra socaliña, sino que guiado por el desinterés y amor a la Nación, vivió siempre a expensas propias, en fuerza de haber tomado esa inalterable resolución desde un principio, para mientras le durase su peculio; habiendo llegado el caso de apurar todos mis recursos.
Espero de la justificación de V. S. que no tanto por natural de este Reyno, quanto por los servicios que aparecen de la adjunta relación me tendrá presente para algún empleo que quadre a mis limitados conocimientos.
Dios guarde a V. S. ms. as. Olite 17 de septiembre de 1813. B. L. M. de V. S. su atento servidor Josef Martínez Bujanda.
Al Sr. Xefe Político de este Reyno Don Miguel Escudero.”

“Señor Xefe Político de este Reyno.
Yo soy un español, natural de esta ciudad, que a expensas propias, sin sueldo, gratificación ni el menor dispendio por parte del Erario ni de los pueblos, y sin otra ambición ni más idea que cooperar a la libertad de la Patria, he contrahído los méritos y servicios que aparecen de la adjunta relación.
Otros muchos ciudadanos habrá que hayan hecho servicios sin comparación más importantes que los míos; pero con el desinterés que yo, tal vez serán raros los exemplares, pues no se me probará que en el discurso de cinco años cumplidos, en que he recorrido gran parte de la Península en comisiones y destinos temporales, haya tomado otra cosa que ocho raciones, y esas por no hallar en los pueblos, donde llegaba, víveres con mi dinero, ni que haya molestado ninguna autoridad con solicitudes a empleos. sigue en pdf

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