lunes, 10 de junio de 2013

Olazagutia: 1832: heridas de navaja



Olazagutia: 1832: Agustín Anzuola, José Luis Sarasola y otros guipuzcoanos, peones camineros, son acusados de las heridas causadas a Francisco Miguel Ezquer de Lizarraga.
El domingo 12 de agosto del año 1832, por falta de aire, tenía sin separar el grano de la paja Cristóbal Ezquer de Lizarraga en su era de trillar. Hacia las 9 de la noche había puesto una “jara o barrera” para impedir el paso, cuando llegaron un grupo de guipuzcoanos, que trabajaban arrancando piedra para el Camino Real, que hacía José Antonio Muñagorri (1794 – 1841) de cuenta de Bautista Cota y tiraron la jara. Cristóbal les dijo que la pusieran en su sitio, y así lo hicieron:
“pero enseguida dichos provincianos le recombinieron qué quería con ellos, y contestándoles que no quería nada, y que fuesen en paz de Dios, principiaron sin más con él a agarrarle, rompiéndole el botón del cuello de la camisa, insultándole con expresiones poco regulares”.
Al griterío, que se produjo, acudió más gente y entre otros también el hermano de Cristóbal, Francisco Miguel, que en la camorra apareció con dos navajazos en la cara. Detuvieron tras el incidente a dos de los guipuzcoanos. Miguel Fernando Ilarraz, maestro cirujano de Olazagutia, de 28 años, atendió al herido.
Francisco Miguel Ezquer de Lizarraga, de 36 años, declara que ese día 12, domingo, hacia las 8 de la noche fue a la Taberna de Francisco Ignacio Garayalde, a pagar 3 pintas de vino, que debía, y se bebió en rancho media pinta; cuando dieron las 9, salió, y al oír voces acudió a la era de su hermano, donde recibió las 2 cuchilladas; y dijo que no sabía quien se las había dado.
Francisco Miguel López de Goicoechea, Regidor, de 60 años, dice que “el domingo último doce del corriente, acompañado del criado Diego Fernando López de Goicoechea, pasó a la Taberna de Miguel Fernando Sáez, a cosa de las 9 de la noche, y no había más que dos hombres, que estaban haciendo su rancho con toda paz y a los mismos mandó se retirasen a sus casas, y al momento obedecieron y habiendo pasado a la segunda Taberna de Francisco Ignacio Garayalde no encontraron gente en ella, y cuando hiban a retirarse a sus casas, se tropezaron en la calle con María Beinaran de Albiztur, viuda, la cual les manifestó que su hijo Francisco Miguel Ezquer de Lizarraga estaba herido de mano airada.”
Los culpables eran los criados de Bautista Aldagoiti,”que se ocupa rancando piedra en las canteras para dicho Camino”, que hace José Antonio Muñagorri. A Aldagoiti le preguntaron “dónde tenía los criados, y respondió que al anochecer los dejó en la choza, que tienen para dormir en la misma cantera, cerca de la ermita de San Esteban.”
“Bautista Aldagoiti” o “Bautista Cota”, que parece su traducción, aunque también escriben “Corta”, y “Bautista Cota de la Casa de Aldagoiti”, o “Juan Bautista Cota”.
Quien cuidaba su era, y su cosecha, era Cristóbal Ezquer de Lizarraga y Beinaran de Albiztur, labrador de 32 años; era cuñado de Andrés Ignacio de Gastaminza, casado, labrador de 31 años....
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