miércoles, 6 de mayo de 2015

Morentin 1808 contra las villa de Mendavia Dicastillo Sesma y la Diputación del Reino sobre permiso para la ejecución de un Puente que llaman de Cinco Ruedas

PUENTE DEL EGA
El puente se había destruido en gran parte el año 1801. Ignacio Lejalde redacta un informe el 4 de junio de 1803; posteriormente, el 14 de marco de 1807 traza un plano Miguel Marcoleta, residente en Arróniz.
            “Digo yo, Ignacio de Lexalde, Maestro de Obras y Agrimensor de este Reino de Navarra, vecino de la ciudad de Estella, que a orden y comisión, que se an servido conferirme los Señores Joaquín Ximénez y Francisco Luquin, Jurados actuales del lugar de Morentin, e pasado a éste a fin de ver, reconocer y declarar las ruinas, que causó la extraordinaria crecida del río Ega ocurrida el veinte y uno de mayo del año pasado de 1801 en un Puente, que suyo propio tiene el indicado lugar; las obras que son precisas e inevitables para reparar todas aquellas obras o partes principales, y proporcionar un paso con la seguridad necesaria y el menos costo posible, atendiendo a los cortos medios que le acompañan al expresado lugar, en atención y para remediar los abultados perjuicios, que experimentan no solo éste, sino también varios lugares imediatos, que con precisión transitan por el dicho Puente, quienes por esta razón entiendo deberán contribuir a su reparación al
expresado lugar, puesto que el beneficio y utilidad redunda cuasi en mayor grado para ellos, que para el sobredicho lugar, ebitar el que se arruine lo que a quedado existente y el costo que tendrán aquellas, por lo que y abiéndolo reconocido con toda exactitud declaro que uno de los tres arcos que tenía el mismo se alla arruinado enteramente asta sus arrancamientos y aun el uno de estos se alla demolido; las vanguardias de dicho Puente se allan destruidas en mucha parte, los petriles en igual forma, el machón que sirve de extribación al tajamar semicircular se alla demolido, las estribaciones de los arcos del medio y el derruido se allan maltratadas, varias cabernas se allan descubiertas, y en fin se alla amenazando ruina y en un estado deplorable, intransitable y expuesto a que, si se da lugar a nuevas abenidas, se experimente su último exterminio, de lo que resultaría un daño considerable y un perjuicio tan extraordinario, que en jamás podría repararlo el expresado lugar, por los cortos medios, que le acompañan en las actuales circunstancias y su disposición, por cuyas razones y con el fin de ebitar los expuestos perjuicio es preciso e indispensable el acudir al remedio necesario, aciendo todas aquellas obras y reparos tanto para ebitar dichos perjuicios, cuanto para proporcionar el paso para poder transitar por aquel, para cuya execución se an de obserbar las condiciones:
            1.ª Primeramente se a de cortar el río diagonalmente en la parte del arco pequeño asta el tajamar agudo formando su correspondiente caxón bien fortificado y solidado con tierra arcilla, para poder construir las obras de aquella parte, dejándolo de modo que no aya filtración, berificado que sea, se demolerá todo el empedrado debajo el dicho arco, y consiguientemente se armará el armazón de madera de dos órdenes en toda aquella parte del ancho del mismo, guardando las tiradas y plano orizontal con arreglo en todo al que existe, trabajándolo con todo arte y seguridad, introduciendo, siendo necesario dicho armazón con su empedrado por debajo de el machón, que se alla en el ayre en aquella parte y después de bien macizas sus cajas con piedra y mortero con la mayor perfección se recibirá todo dicho machón con piedra de sillería por lo exterior y mampostería por los interior bien enlazado y unido.
2.ª Ítem concluido y perfeccionado que sea todo lo de aquella parte se a de plantiar la vanguardia de la parte de abajo de aquel arco del grueso de cuatro pies y medio sobre su buen cimiento, que se a de plantificar con toda seguridad siempre que no saliere el antiguo con la misma, y siendo necesario se le formará su emparrillado de maderas en orden regular para poder executar con la seguridad necesaria en treinta pies de largo, contados desde la esquina del machón de estribación en recto de la tirantez de aquel, y se subirá ésta de sillería por lo exterior y de mampostería por lo interior, añadiéndole a un mismo tiempo a la extribación de dicho arco seis pies de grueso de mampostería en todo el ancho que ay de entre las vanguardias enlazándolo con éstas y dejándolo con toda solidez, e igualmente se a de reformar la vanguardia opuesta asta dejarlo todo en la altura necesaria para la buena y cómoda forma de la introdución de dicho Puente, rebocando con buen mortero de iguales partes de cal y arena, por lo exterior e interior; y concluido que sea todo lo dicho, se a de terraplenar de tierra y cascajo todo el bacío de aquella parte, regándolo con agua y bien apisonado por capas de medio pie para que quede todo bien solidado asta la altura necesaria, para la comodidad del uso de dicho Puente.
3.ª Ítem se quitará dicha atajía y bolberá a plantarse en igual forma en el tajamar semicircular y berificado que sea, se an de rebajar las dos cepas del arco derruido asta su primera ilada, que forma el claro de dicho arco y se subirán ambos perpendicularmente con el machón, que sirbe de estribación a dicho tajamar, que igualmente se a de desacer asta lo firme, y bolber acer de nuebo, y las vanguardias de ambos lados de sillería por lo exterior y de manpostería por lo interior asta la altura necesaria para obserbar las tiranteces del plano del mismo Puente y Camino de su introdución, dándole como es a la cepa del lado de dicho tajamar cinco pies de grueso, a las vanguardias el mismo que existe y al machón de estribación del medio siete pies, enlazando con todo arte el tajamar, vanguardias, machón de estibación y demás, guardando los ángulos y tiradas, que existen y dejándolo todo trabajado con la mayor solidez.
4.ª Ítem berificado que sea todo lo dicho, se an de clabar en el medio de su claro cinco piquetes de pino de un pie cuando menos de diámetro y de buena calidad con sus respectivas puntas de yerro aseguradas y clabadas al mismo con todo arte, introduciéndolos del pabimento del empedrado en bajo lo menos diez pies. Introducidos a golpe de maza de fraga asta que reúsen su introdución, y se dejarán en la altura necesaria y repartidos en el ancho de dicho Puente a iguales distancias uno de otro, aciéndoles en la parte superior en su centro espigas de media bara de altas y cuatro pulgadas en cuadro. Y sobre estos se a de poner un puente de pino de un pie de ancho y media vara de alto, que además del ancho del Puente, vuele a cada lado un pie con sus correspondientes mortesas para introducir dichas espigas de los piquetes y pilastras de las varandillas de los lados, asegurándolos con clavijas de madera para la perfecta unión y enlace y sobre este dicho puente se a de poner otro sobrepuente de igual calidad y dimensiones bien asegurado y clabado sobre el mismo, poniéndole en cada estremo dos bandas de yerro bien clavadas a los mismos para su mayor seguridad y ebitar el rajarsen aquellos y otra en su medio, aciéndole ygualmente en los estremos su mortesa, para introducir las pilastras de dicha barandilla, que deberán pasar la mitad del dicho puente y todo el sobrepuente formando el ancho de éste con ellas.
5.ª Ítem executado y bien asegurado que sea lo dicho se an de poner dos tirantes de madera desde el machón interior, por sobredicho armazón asta el machón superior, dándoles de entra lo menos cuatro pies en aquellos y bien empalmados sobre una cartela del mismo ancho, que a de clabarse encima y enrrasada con el sobretirante en cada extremo, de roble a media madera con toda seguridad de tres pies de larga y consiguientemente se an de p... COMPLETO EN PDF

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