PUENTE DEL EGA |
El puente se había destruido en gran parte el año 1801.
Ignacio Lejalde redacta un informe el 4 de junio de 1803; posteriormente, el 14
de marco de 1807 traza un plano Miguel Marcoleta, residente en Arróniz.
“Digo yo,
Ignacio de Lexalde, Maestro de Obras y Agrimensor de este Reino de Navarra,
vecino de la ciudad de Estella, que a orden y comisión, que se an servido
conferirme los Señores Joaquín Ximénez y Francisco Luquin, Jurados actuales del
lugar de Morentin, e pasado a éste a fin de ver, reconocer y declarar las
ruinas, que causó la extraordinaria crecida del río Ega ocurrida el veinte y
uno de mayo del año pasado de 1801 en un Puente, que suyo propio tiene el
indicado lugar; las obras que son precisas e inevitables para reparar todas
aquellas obras o partes principales, y proporcionar un paso con la seguridad
necesaria y el menos costo posible, atendiendo a los cortos medios que le
acompañan al expresado lugar, en atención y para remediar los abultados
perjuicios, que experimentan no solo éste, sino también varios lugares
imediatos, que con precisión transitan por el dicho Puente, quienes por esta
razón entiendo deberán contribuir a su reparación al
expresado lugar, puesto
que el beneficio y utilidad redunda cuasi en mayor grado para ellos, que para
el sobredicho lugar, ebitar el que se arruine lo que a quedado existente y el
costo que tendrán aquellas, por lo que y abiéndolo reconocido con toda
exactitud declaro que uno de los tres arcos que tenía el mismo se alla
arruinado enteramente asta sus arrancamientos y aun el uno de estos se alla
demolido; las vanguardias de dicho Puente se allan destruidas en mucha parte,
los petriles en igual forma, el machón que sirve de extribación al tajamar
semicircular se alla demolido, las estribaciones de los arcos del medio y el
derruido se allan maltratadas, varias cabernas se allan descubiertas, y en fin
se alla amenazando ruina y en un estado deplorable, intransitable y expuesto a
que, si se da lugar a nuevas abenidas, se experimente su último exterminio, de
lo que resultaría un daño considerable y un perjuicio tan extraordinario, que
en jamás podría repararlo el expresado lugar, por los cortos medios, que le
acompañan en las actuales circunstancias y su disposición, por cuyas razones y
con el fin de ebitar los expuestos perjuicio es preciso e indispensable el acudir
al remedio necesario, aciendo todas aquellas obras y reparos tanto para ebitar
dichos perjuicios, cuanto para proporcionar el paso para poder transitar por
aquel, para cuya execución se an de obserbar las condiciones:
1.ª
Primeramente se a de cortar el río diagonalmente en la parte del arco pequeño
asta el tajamar agudo formando su correspondiente caxón bien fortificado y
solidado con tierra arcilla, para poder construir las obras de aquella parte,
dejándolo de modo que no aya filtración, berificado que sea, se demolerá todo
el empedrado debajo el dicho arco, y consiguientemente se armará el armazón de
madera de dos órdenes en toda aquella parte del ancho del mismo, guardando las
tiradas y plano orizontal con arreglo en todo al que existe, trabajándolo con
todo arte y seguridad, introduciendo, siendo necesario dicho armazón con su
empedrado por debajo de el machón, que se alla en el ayre en aquella parte y
después de bien macizas sus cajas con piedra y mortero con la mayor perfección
se recibirá todo dicho machón con piedra de sillería por lo exterior y
mampostería por los interior bien enlazado y unido.
2.ª Ítem concluido y
perfeccionado que sea todo lo de aquella parte se a de plantiar la vanguardia
de la parte de abajo de aquel arco del grueso de cuatro pies y medio sobre su
buen cimiento, que se a de plantificar con toda seguridad siempre que no
saliere el antiguo con la misma, y siendo necesario se le formará su
emparrillado de maderas en orden regular para poder executar con la seguridad
necesaria en treinta pies de largo, contados desde la esquina del machón de
estribación en recto de la tirantez de aquel, y se subirá ésta de sillería por
lo exterior y de mampostería por lo interior, añadiéndole a un mismo tiempo a
la extribación de dicho arco seis pies de grueso de mampostería en todo el
ancho que ay de entre las vanguardias enlazándolo con éstas y dejándolo con
toda solidez, e igualmente se a de reformar la vanguardia opuesta asta dejarlo
todo en la altura necesaria para la buena y cómoda forma de la introdución de
dicho Puente, rebocando con buen mortero de iguales partes de cal y arena, por
lo exterior e interior; y concluido que sea todo lo dicho, se a de terraplenar
de tierra y cascajo todo el bacío de aquella parte, regándolo con agua y bien
apisonado por capas de medio pie para que quede todo bien solidado asta la
altura necesaria, para la comodidad del uso de dicho Puente.
3.ª Ítem se quitará dicha atajía
y bolberá a plantarse en igual forma en el tajamar semicircular y berificado
que sea, se an de rebajar las dos cepas del arco derruido asta su primera
ilada, que forma el claro de dicho arco y se subirán ambos perpendicularmente
con el machón, que sirbe de estribación a dicho tajamar, que igualmente se a de
desacer asta lo firme, y bolber acer de nuebo, y las vanguardias de ambos lados
de sillería por lo exterior y de manpostería por lo interior asta la altura
necesaria para obserbar las tiranteces del plano del mismo Puente y Camino de
su introdución, dándole como es a la cepa del lado de dicho tajamar cinco pies
de grueso, a las vanguardias el mismo que existe y al machón de estribación del
medio siete pies, enlazando con todo arte el tajamar, vanguardias, machón de
estibación y demás, guardando los ángulos y tiradas, que existen y dejándolo todo
trabajado con la mayor solidez.
4.ª Ítem berificado que sea todo
lo dicho, se an de clabar en el medio de su claro cinco piquetes de pino de un
pie cuando menos de diámetro y de buena calidad con sus respectivas puntas de
yerro aseguradas y clabadas al mismo con todo arte, introduciéndolos del
pabimento del empedrado en bajo lo menos diez pies. Introducidos a golpe de
maza de fraga asta que reúsen su introdución, y se dejarán en la altura
necesaria y repartidos en el ancho de dicho Puente a iguales distancias uno de
otro, aciéndoles en la parte superior en su centro espigas de media bara de
altas y cuatro pulgadas en cuadro. Y sobre estos se a de poner un puente de
pino de un pie de ancho y media vara de alto, que además del ancho del Puente,
vuele a cada lado un pie con sus correspondientes mortesas para introducir
dichas espigas de los piquetes y pilastras de las varandillas de los lados,
asegurándolos con clavijas de madera para la perfecta unión y enlace y sobre
este dicho puente se a de poner otro sobrepuente de igual calidad y dimensiones
bien asegurado y clabado sobre el mismo, poniéndole en cada estremo dos bandas
de yerro bien clavadas a los mismos para su mayor seguridad y ebitar el
rajarsen aquellos y otra en su medio, aciéndole ygualmente en los estremos su
mortesa, para introducir las pilastras de dicha barandilla, que deberán pasar
la mitad del dicho puente y todo el sobrepuente formando el ancho de éste con
ellas.
5.ª Ítem executado y bien asegurado que sea lo dicho se an de poner dos
tirantes de madera desde el machón interior, por sobredicho armazón asta el
machón superior, dándoles de entra lo menos cuatro pies en aquellos y bien
empalmados sobre una cartela del mismo ancho, que a de clabarse encima y
enrrasada con el sobretirante en cada extremo, de roble a media madera con toda
seguridad de tres pies de larga y consiguientemente se an de p... COMPLETO EN PDF
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