Don Tomás Zumalacarregui e Imaz (Ormaíztegui 1788 – Zegama 24-VI-1835)
Títulos póstumos dados por Carlos V, el pretendiente.
“24 De mayo de 1836.
Concediendo al Capitán General de los Reales Ejércitos Don Tomás Zumalacarregui grandeza de España de primera clase con los títulos de Duque de la Victoria, Conde de Zumalacarregui para sí, sus hijos y descendientes legítimos con lo demás de que espresa.”
Ministerio Universal ———▬——— Secretaría de Estado y del Despacho de GRACIA Y JUSTICIA ———▬——— “Estella 27 de mayo de 1836 Excmo. Señor. Con mucha satisfacción ha recibido esta Real Junta el Real Decreto de 24 del corriente que V. S. se ha servido transmitirle de Real Orden en oficio del siguiente día por el que S. M. queriendo premiar los extraordinarios esfuerzos de estas heroicas Provincias en la memoria del distinguido Caudillo que con el auxilio del cielo supo confundir la revolución usurpadora llenando de gloria a la nación entera y de asombro a toda Europa, se ha dignado conceder al Capitán General de sus Reales Ejércitos D. Tomás Zumalacarregui grandeza de España de 1.ª clase con los títulos de Duque de la Victoria, Conde de Zumalacarregui para sí sus hijos y descendientes con lo demás que espresa. Dios guarde, etc.” | Excmo. Señor El Rey N. S. se ha servido dirigirme el Real Decreto siguiente: “Ansiando Mi paternal corazón multiplicarse en favor de mis leales vasallos muestras de Mi gratitud y Mi amor, y queriendo premiar los extraordinarios esfuerzos de estas heroycas Provincias en la memoria del distinguido Caudillo que con el auxilio del Cielo supo confundir la revolución usurpadora llenando de gloria a la Nación entera, y de asombro a toda Europa para perpetuar su ilustre nombre, recompensar debidamente la lealtad y que sirva para siempre de noble emulación, de estímulo y de exemplo a la fidelidad y al mérito, vengo en conceder al Capitán General de Mis Reales Exércitos D, Tomás Zumalacarregui Grandeza de España de primera clase con los títulos de Duque de la Victoria Conde de Zumalacarregui, para sí, sus hijos y descendientes lexítimos con relevo de pago de lanzas y media anatas, reservándome señalar, exterminada la usurpación, las fincas y derechos territoriales que han de formar la vinculación anexa a la misma Grandeza y sostener perpetuamente el decoro de la dignidad a que le elevo; y siendo Mi soberana voluntad que por fallecimiento del agraciado y falta de hijos varones entre desde luego en posesión de estas merced su hija primogénita Doña Ignacia Zumalacarregui, de quien pasará a sus hijos varones, y no teniéndolos a su hijas y de ellos a sus descendientes habido de lexítimo matrimonio, observándose la prelación de grado, edad, sexo y línea establecida en los Mayorazgos regulares de España; si la Doña Ignacia muriese sin sucesión lexítima pasará la Grandeza y bienes a su hermana segunda Doña Josefa Zumalacarregui guardándose el mismo orden su suceder establecido para aquella, y si esta falleciese igualmente sin sucesión, recaerán bajo las expresadas reglas en la hija tercera Doña Micaela Zumalacarregui y los que de ella viniesen: deviendo el heredero y sucesor en esta Grandeza tomar siempre por primer apellido el de Zumalacarregui, qualquiera que sea el de la casa a que en lo sucesivo pudiese ella pasar por enlaces matrimoniales y quedando obligado a lo mismo durante el matrimonio el que se case con la Doña Ignacia u otra de las sucesoras. Quiero además que al advenimiento de la paz se exhumen las gloriosas cenizas del General Zumalacarregui del sencillo sepulcro en que hoy yacen, se trasladen a Ormaiztegui y precedidas las correspondientes exequias se depositen en un digno mausoleo con toda la solemnidad y pompa que sabrá desplegar la Provincia de Guipúzcoa, a cuyo patriotismo y celo confío la execución de esta Mi Real Voluntad; que erija en aquella Villa a la misma época un monumento público que recuerde a las generaciones futuras las glorias de tan ilustre vasallo; y que su nombre sea siempre el primero en la lista de los Capitanes Generales de mis Exércitos. Por último tengo a bien conceder a la Duquesa Viuda, la Banda de la Orden de Damas Nobles de María Luisa. Tendreislo entendido y dispondréis su cumplimiento. Real de Villafranca a 24 de Mayo de 1836 = Yo el Rey = A D. Juan Bautista de Erro. Lo comunico a V. E. de Real Orden para su inteligencia y efectos consiguientes. Dios guarde a V. E. muchos años Real de Villafranca 24 de Mayo de 1836. Erro. A la Real Junta Gubernativa de Navarra.” |