El 6 de
junio de 1806 los mozos de Villanueva dan poderes contra Fermín Ansa, regidor y
demás vecinos concejantes “sobre que con arreglo a la costumbre inmemorial
puedan disfrutar de la diversión del baile a son de jular o tambolín en la
plaza pública los días de precepto y fiestas de guardar a excepción de los
tiempos, que se celebran los oficios divinos y hasta el toque de las avemarías
por la noche, que únicamente se reduce el baile por la tarde”.
Antonio
Zarraluqui, el procurador de los mozos, expone que “ha sido costumbre de llebar
jular los días de fiesta desde principio de mayo hasta el día tercero de julio
para la diversión pública de la juventud, que se reduce a bailar en la plaza en
el discurso del día excepto el tiempo, que se celebran los oficios divinos, a
que acuden todos, y se hallan con la novedad de que el presente año habiendo
disfrutado de la misma diversión durante el mes último, ha manifestado el
regidor que no permitirá en lo sucesivo”, sin que nada haya ocurrido y es la
diversión “única en que se entretienen”.
El dos de
junio acudieron a la Corte los mozos, la cual aprobó el mismo día lo que pedían
y el día 6 se notificó al regidor la resolución de que debía dejarles el baile
con arreglo a la costumbre; Fermín de Ansa se da por enterado y “aunque dijo
savía escrivir, no puede firmar en la actualidad por hallarse indispuesto y
encamado con dolores cólicos, que con frecuencia le amenazan desde esta
mañana”; así lo ratifica el escribano Miguel Albizu. Se concluyó en que “no
quiso” firmar el recibí de la notificación de la Corte.