Alsasua: 1827: disparo fortuito de escopeta hecho por Miguel
Ignacio Elizalde.
Medidas citadas:
Pulgada: 21,8 mm.
Cuarta: 0,19625 m.
Pie: 12 pulgadas: 0,26166667 m.
Vara: tres pies: 4 palmos o cuartas: 0,785 m.
A las 11 de la mañana se denuncia lo ocurrido entre las 10 y
10½ del lunes 16 de julio del año 1827 en el Barrio de Zuaztia: María Francisca
Urdiain con un niño en brazos (José Martín Celaya) fue a tender unas ropas
sobre un seto delante de su casa, cuando recibió un balazo, que entrando por el
lado derecho de la mandíbula le salió por el izquierdo, siendo herido también
el niño con dos postazos en la cabeza. El tiro había salido de una casa vecina,
disparado de forma involuntaria, porque tenía amistad con Miguel Ignacio
Elizalde, a quien se atribuía el hecho:
“En la
información de oficio recibida por el Alcalde del Valle de Burunda sobre las
heridas egecutadas en María Francisca de Urdiain, muger de Fernando Celaya,
vecina del lugar de Alsasua, y en su hijo tierno de pechos de cinco meses,
resulta lo siguiente:
En el auto de oficio consta que a las once de la mañana del
día 16 del corriente recivió el Alcalde un oficio escrito a nombre de los
Rexidores de Alsasua, en el que dan parte, que a resultas de un tiro de
escopeta disparado por Miguel Ignacio de Elizalde, vecino del mismo, por
descuido, o sin acto premeditado, se hallaban heridos grabemente María
Francisca de Urdiain, muger de Fernando Celaya, vecina de él, como también una
criatura suia y que sus vidas peligraban, prebiniendo que el reo Elizalde se
halla preso, y a su virtud deseando cumplir con su obligación, ordenó se
reciviese la correspondiente información de oficio para justificar el hecho con
todas las circunstancias, y que concluida y resultada, se remitiese a la Real
Corte de este Reyno, para que en su vista y según culpa resultare, probea lo
que corresponda en justicia.
La herida, María Francisca de Urdiain, declara que entre diez y diez y
media de la mañana de dicho día 16 con su hijo tierno de cinco meses, que lo
cría en sus pechos, y llebaba en sus brazos, salió de casa con el fin de poner
a secar algunos paños en el seto de una huerta, que se halla frente a su casa
por la parte del mediodía, y cuando ya llegaba a dicho seto a tender los paños
o ropas, fue herida de tiro disparado de arma de fuego, introduciéndole la vala
por el lado derecho de la mandíbula y su salida fue del otro lado, y como tenía
en sus brazos al niño, también fue herido éste, y de sus resultas caieron madre
e hijo al suelo. No sabe quien ha sido el delincuente de semejante disparo de
tiro, porque no vio a persona alguna con arma de fuego, y solo podía asegurar
que de la parte del Poniente fue descargada la misma de alguna de sus casas,
porque la declarante hiba a tender los paños en el seto, y en aquel estaba mirando
al mediodía, y por ello no tiene duda que por dicha parte del Poniente fue
disparado el valazo, y aunque por entonces no vio a persona alguna,
posteriormente a llegado a saber que sin quererlo disparó la escopeta Miguel
Ignacio Elizalde, vecino del mismo lugar, con quien no se hallaba enemistado,
ni tenía odio ni rencor, antes bien se estimaban mutuamente, y por ello le
parece habría sido involuntario o descuido el disparo de dicho tiro, y desde
luego le remitía y perdonaba el delito y ofensa causada a la declarante, y su
niño. Preguntada si quería tomar parte en esta información, respondió que no
quería tomar parte, en atención a que por lo que respecta a ella, volbía a
remitir y perdonar y sin embargo que la justicia podía obrar de oficio...COMPLETO EN PDF
No hay comentarios:
Publicar un comentario