1548 Echarri Aranaz clérigos amancebados y alguno borracho perdido
Pleito
sobre la posesión de la escribanía del juzgado de Echarri
El 15 de octubre del año 1548 se
juntan en bazarre los vecinos de Echarri “a llamamiento de los buruçaguis”,
para dar poderes y entre los asistentes se encuentra “Miguel Hurdaburu”, al que
con más frecuencia se le cita por “Miguel Urraburu”.
Juan Berastegui, natural y vecino de Arbizu solicitó la escribanía del juzgado de la villa y le hicieron merced de ella en octubre de 1548. El pueblo protesta por este nombramiento, así como también el escribano, que ejercía dicho cargo, que era Miguel Pérez de Berastegui, pues la llevaba ejerciendo más de 20 años, a excepción de algunos años, en los que había sido alcalde; durante este cargo anual de alcaldía solían nombrar otro escribano.
La reclamación se basaba en el uso,
la costumbre y las leyes de nombrar escribano con libertad, a poder ser en
natural de la villa, la cual insiste en la defensa de la facultad, tenida desde
siempre, para elegir escribano del juzgado cada año; el caso es que este año
tienen contratado a Joanes Goicoechea, notario real, vecino de Ciordia, puesto
que Miguel Pérez de Berastegui ha sido nombrado alcalde de la villa.
De modo que la merced del virrey hecha
a Joanes Berastegui, basada en que está vacante la plaza de escribano, es
viciosa; hay ordenanza sobre sucesión de escribanías y añade Echarri, que dicho
J. Berastegui, sobrino de Miguel Arbizu, hijo de una hermana carnal suya, es
revoltoso, agresivo y además vive amancebado.
Estas acusaciones llevarán a
implicar a numerosos clérigos aficionados a las mujeres y al vino.
Joanes Berastegui, soltero, nacido
en Arbizu hace 28 años es hijo de Martín López y de María Arbizu y nieto de
García Berastegui, vecino de Bacaicoa; este García vivió sus últimos años en
Echarri, casado en segundas nupcias con Graciana Lizarraga y fue enterrado,
hace 12 ó 14 años en la iglesia de la villa, donde no tuvo vecindad; sin
embargo Joanes Berastegui llega a decir que es vecino de Echarri y se lo
niegan, pues no tiene en la villa “casa ni bezindad, mayormente con las
calidades, que el fuero requiere de diez codos en ancho y deze en largo, ni
casa cubierta con su puerta y quintana a la caille”.
Cada una de las partes litigantes
presenta sus artículos a prueba y declaran los testigos de J. Berastegui el 9
de noviembre de 1548:
“Lope de Ciordia, notario público,
vezino de Ciordia... de 37 años”, dice que fue nombrado escribano por el virrey
Hurtado de Mendoza, quien incluso nombra a extranjeros “como lo creó a Juan de
Mendibil, vizcayno y estranjero deste reyno de Navarra, el qual exercita en
este reyno de Navarra el oficio de escribano de ante el alcalde de Echeberri de
Val de Araquil”; y “sabe este testigo como el muy ilustre señor marqués de Cañete,
visorrey que fue de este reyno de Navarra les hizo merced de la escribanía de
la audiencia de los seys lugares de Burunda a este testigo y ha Hernando de
Iriarte, notario, haviendo otros escribanos más antigos en la dicha valle y
encorporados toda la dicha valle y los otros escribanos dieron pleyto rigoroso
a este testigo y al dicho Hernando de Iriarte ante los magníficos señores
Oydores del Real Consejo deste reyno de Navarra, los quales declararon que
devía surtir su efecto la dicha merced, que el dicho visorrey le havía hecho”,
y de ahí que los dos son quienes actúan en todos los actos judiciales y
extrajudiciales de Burunda y seguirán mientras ambos vivan. Ha leído la merced
de la escribanía del juzgado de Echarri hecha por dicho virrey, Luis de Velasco,
señor de Salinas, a favor de Juanes Berastegui.
“Martín de Huarte, notario público,
vezino del lugar de Liçarraga... de 28 años”, expone, en su testimonio
tendencioso y servil, que la jurisdicción civil y criminal de Echarri depende
de la Corte y solo tienen preso a uno durante 3 días, como tuvieron a “Joan del
Alfériz de Echarri, el qual fue condenado a las galeras y está en ellas y a
Nafarche de Torrano y a Johanegui de Echarri”; el primero fue sentenciado por
una puñalada mortal.
“Pedro de Leçaun, notario público,
vecino de Liçarraga... de 27 años... el ilustre marqués de Montdejón a este
testigo le ynstituyó por notario de ante el alcalde de la Tierra de Ergoyena”;
como el anterior deponente resulta servil y hasta un testigo mentiroso, cuando declara
el 22 de noviembre de 1548. Debe aludir al virrey Luis Hurtado de Mendoza y
Pacheco, marqués de Mondéjar, que lo fue desde el 1 de mayo de 1543 al 46.
El 10 de noviembre de 1548 “Miguel
Périz de Berastegui, notario vezino de la dicha villa de Echarri de hedad de
quarenta y seis años” prácticamente niega todos los artículos, que los demás
testigos afirman, y en especial el dicho de sus colegas escribanos.
Otros testigos que declaran a favor
de Juanes Berastegui son éstos:
“Johaneto Çuaçu”, natural y vecino
de Arbizu de 60 años se acuerda que hace unos 5 ó 6 años Juan de Alfériz, mató
en Echarri a uno y fue condenado “a las galeras y que en ellas sirve”.
Miguel de Echarri, natural y vecino
de la villa de 60 años conoció a García Berastegui, abuelo de Juanes, pero
reconoce que nunca fue vecino del pueblo y vivió en una casa alquilada a “Peru
Mansoa”.
“Pedro de Biguria, notario, alcalde
de la villa de Lacunça, de hedad de 52 años... es tío del dicho Juanes de
Berastegui, primo segundo de su padre” y dice que vive casado hace 36 años en
Lacunza, sin embargo “nunca este testigo ha conocido notario cierto para ante
el alcalde de la dicha villa y si lo hubiera lo supiera; antes este testigo
ciertos años fue notario y asalariado por el concejo de la dicha villa y sirbió
exercitando el dicho oficio en ella algunos años, habrá veinte y quatro o cinco
años, asta que el dicho Miguel Périz fue echo escribano y también el hijo de
este testigo, llamado Sancho de Biguria, siendo alcalde el dicho Miguel Pérez
usó ante él de notario en la dicha villa habrá tres o quatro años”.
“Pedro d´Uart, notario”, de 78 años,
vecino de Lizarraga donde vive desde hace 50 años
“Miguel de Bethelu”, vecino de
Lizarraga, de 34 años.
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