Echarri Aranaz contra Arbizu sobre ejecución de la dula concejil por 22 ducados de condena en un pleito relativo a procesiones.
Solo la cruz de Santa María de
Echarri encabezaba las procesiones en la Comunidad de Arañaz; cuando ésta
llegaba a un pueblo, el rector o vicario salía con sobrepelliz, estola y con
hisopo en la mano a recibirla, mientras tocaban la campanas; cuando salía de la
iglesia la acompañaban hasta las últimas casas del lugar, volviendo a tañer las
campanas.
El año 1565 era rector de Arbizu don García de Berastegui y ese año no dejó que entrara la cruz de Echarri en la iglesia de Arbizu; decía que los de la villa se habían excedido en exigencias y que mantenía un pleito en el obispado; los vecinos de Echarri le contestaron que el pleito se llevaba ante el Consejo Real. El problema acerca de la procesión del tercer día, miércoles antes de
la Ascensión, surgió el año anterior, en 1564. Don García de Berastegui cursó protesta ante el Vicario General del obispado de Pamplona, el cual mandó una provisión el 6 de junio de 1564, exigiendo que se respetasen los derechos de Don García como rector de Arbizu. Por otra parte se insiste en que la
única cruz que debe salir y presidir las procesiones comunes es la de Echarri;
dan poderes para pleitear el 26 de mayo de 1565 “los reverendos don Pedro Moço,
vicario perpetuo de la dicha villa, don Joan Agoado, don Miguel Pérez, don Joan
de Hecharri, don Miguel de Leçaun, beneficiados de la dicha villa, don Joan
Gorricho, don Domingo de Hecharri menor de días, clérigos de misa, todos
vecinos de la dicha villa”.
Por el Consejo Real el 18 de marzo
de 1566 “se manda que el dicho don García de Arbiçu, defendiente, conteste la
demanda contra él puesta por la primera (iglesia de Echarri y sus vecinos), sin
embargo de la litispendencia por él alegada”.
En los artículos que presenta
Echarri para la prueba de testigos se explica la costumbre vigente, hasta que
el miércoles de letanías del año 1565 “el dicho don García de Berastegui,
pretenso rector de Arbiçu y los jurados y vecinos del lugar de Arbiçu se
retraxieron y apartaron del dicho cuerpo y universidad de procesión aziendo
cabeça y cuerpo de por sí y procesión y dexaron de seguir la dicha cruz mayor y
procesión de la dicha villa de Echarri en las dichas ledanías e abiendo ydo la
dicha procesión general al lugar de Arbiçu, como lo tenía de costumbre,
cerraron la iglesia parroquial del dicho lugar, para que no entrase la dicha
procesión general y de echo no dexaron entrar aquella los defendientes ni la
dicha cruz ni tanieron campanas ny salieron a recebir la procesión ni lo demás
que otras veces y de siempre acá an acostumbrado azer, en todo lo qual hizieron
nobedad, fuerça y biolencia e ynjuria a los dichos mis partes en la dicha
costumbre y posesión antigua e inmemorial y se jactan que arán lo mismo”.
El 5 de julio de 1566 declaran los
testigos:
“Don Domingo de Erdocia, vicario de
la iglesia parroquial de la villa de Lacunça”, de 60 años, de la que es vicario
desde hace 4 años, viviendo antes en Echarri durante 35 años: “A la segunda
pregunta dixo que lo que della sabe es que el dicho don Garçía de Verastegui,
rector de Arbiçu en la pregunta mençionado no quiso salir a recebir la dicha
proçesión que como dicho es el miércoles víspera del dicho día y fiesta del
senor benía agora un año poco más o menos a la dicha iglesia parroquial de
Arbiçu ni consentió que la dicha procesión entrase en la dicha iglesia ni salió
ni fue él ni su gente sino muy poca con la cruz y procesión de la dicha villa
de Hecharri, en lo qual así el dicho don Garçía abbad como los del dicho lugar
hizieron fuerça a la cruz y procesión de la dicha villa y pasó los demás que
esta pregunta haze mençión como por ella se contiene y lo sabe porque a este
testigo el vicario y clero y alcalde hordinario que a la sazón heran de la
dicha villa de Hecharri le dixeron en la dicha villa de Lacunça a la sazón que
de ella salía para el dicho lugar de Arbiçu la dicha proçesión de la dicha
villa, su cruz y de los demás de Arañaz, que en la dicha proçesión andaban de como
el dicho don Garçía rector tenían entendido que no dexaría entrar la dicha cruz
ni proçesión en su dicha iglesia parroquial de Arbiçu ni les saldría a rescebir
ni les tañería campanas ni havía querido venir ni andar en las dichas
proçesiones antes havía ynpedido de muchos vezinos y parroquianos suios no
seguiesen las dichas proçesiones y por ruego dellos este testigo fue el dicho
día y sazón a un çerro que está casi a un tiro de vallesta de la dicha yglesia
de Arbiçu ha ver lo que pasaría en razón dello y vio y conpreendió y sabe de
çierto saber que en el dicho día haviendo llegado la dicha cruz y proçesión de
la dicha villa y valle de Arayñaz junto a la dicha yglesia de Arbiçu al
pontarrón del río que desçiende desde Leçiça avaxo por cerca de la dicha
yglesia de Arbiçu a donde los retores del dicho lugar de Arbiçu an acostumbrado
y acostumbraban hasta esta quistión y pleyto salir a recebir la dicha cruz y
proçesión rebestido con su sobrepeliz y estola al cuello y su ysopo y con la
cruz mayor de la dicha su yglesia, el dicho rector no ni otro por él no salió
ha reçebir la dicha proçesión en el dicho día ni tanpoco entraron en la dicha
yglesia de Arbiçu por quanto hallaron aquella cerrada con llabe ni les
taynieron las canpanas y la dicha proçesión estubo en el çimiterio de la dicha
yglesia con pensar que les abrirían la dicha yglesia para hazer sus ofiçios y
dar sus ofrendas y luminarias y como bieron que no les querían abrir
continuaron su proçesión y se fueron salidos del dicho lugar de Arbiçu para la
dicha villa de Hecharri con grandes quexos y demás que así lo vio hazer y pasar
este testigo dende ay a pocos días haviéndose visto con el dicho don Garçía
retor le reprendió y afeó deziéndole que no debía de hazer así lo que hizo y
faltó en el dicho recebimiento de la dicha proçesión; el dicho don Garçía
defendiente le respondió que él lo abía hecho y estaba bien hecho y que lo
mesmo haría en los años ad benir ni yría ni seguiría a la dicha proçesión y
haría que lo mesmo hiziesen todos sus parroquianos y feligreses y que esto
responde a esta pregunta y que lo que dicho a, es la verdad, leydole su dicho,
ratificó y firmó de su propia mano y nombre. Domingo Herdocia”. (Folios 31- 32(
“Miguel de Aroça, vezino del lugar
de Arbiçu”, de 64 años y natural del mismo dice que el miércoles “víspera de la
Ascensión ban todos por la misma horden a la hermita de Montinano y de ay a
otra hermita(1) y dende ay a la villa de Lacunça y de ay al dicho
lugar de Arbiçu y dende ay a la dicha villa de Hecharri”.
(1)
Se refiere a la ermita de Santa Magdalena, iglesia del despoblado de Illarrazu,
en terreno de Lacunza.
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