En mayo del año 1699 el vecino de Alsasua José Fernández de
Garayalde y Lazcano ejercía de Alcalde del Valle de Burunda, siendo su
escribano Pedro de Arza. Bernardo Villanueva era el Administrador de las Tablas
Reales.
Se basa la denuncia en estar en vigor la “Premática Real que
prohíbe la extracta de trigo de este Reyno, publicada en la ciudad de Estella,
Cabeza de Merindad, a los 14 de mayo de 1699.”
El asunto del proceso rezaba: “Contra Esteban Galarza,
tablajero, y García de Urra, guarda de la Tabla, que habían descaminado rocín y
trigo de Pedro de Urra los denunciantes José Lizarraga y Blas Ichaso”.
El lunes 25 de mayo de ese año de 1699 Pedro de Urra, de 25
años, “labrador y traginero” (al margen se lee: “arriero”), llevaba hacia
Gipuzkoa dos cargas de trigo; le pararon en el “Puente del camino de
Mendizábal”, que queda cerca de Alsasua; las dos cargas fueron descaminadas por
José Lizarraga y Blas Ichaso ante el Alcalde del Valle; en esto intervinieron
Esteban Galarza, de 42 años, “labrador y tablajero”, de Alsasua, y García de
Urra, “labrador y guarda de la Tabla”, de 54 años, primo carnal de Pedro de
Urra; entre ambos tasaron el caso en 2 doblones, y ello se consideró un trato
de favor hacia Pedro y un fraude a la Hacienda pública.
El 25 de junio se manda que ingresen en la cárcel de
Pamplona los tres: Esteban Galarza,
Pedro y García de Urra. Dos días más tarde, el 27, se les comunica que
podrán salir de ella dando fianzas; y el 22 de julio salió por su fiador Martín
Sáez de Muniain, Cirujano, vecino de Olazagutia.
El 11 de agosto del mismo 1699 se toma declaración en
Alsasua de nuevo a los dos denunciantes, vecinos de Alsasua, que reiteran su
primera denuncia:
José Lizarraga, de 42 años, y Blas Ichaso de 32 dicen que hacia las 10 de la mañana del lunes 25 de mayo tuvieron noticia de que Pedro de Urra, con un macho y un rocín llevaba trigo a Gipuzkoa y le siguieron, dándole alcance en el Puente de Mendizábal; les dijo que le dejaran seguir y que a la noche de vuelta les daría a cada real de a ocho; le contestaron que no, y que debía volver a Alsasua a prestar declaración ante el Alcalde. Mientras hablaban, llegó García de Urra, guarda de la Tabla de Alsasua, y primo de Pedro, quien dijo que a él le correspondía hacerse cargo del descamino, y que llevaría las caballerías y el trigo ante el Tablajero Esteban de Galarza. José Lizarraga y Blas Ichaso no quedaron de acuerdo y contestaron que a ellos les tocaba el descamino por ser los primeros en cogerlo; sin embargo, García de Urra llevó todo ante el Tablajero, y José Lizarraga y Blas Ichaso se fueron a dar cuenta del incidente al Alcalde; quien les mandó que acudiesen a casa del Tablajero y le quitasen tanto las dos caballerías como el trigo descaminado. Al acudir a casa de Esteban Galarza, encontraron en la puerta a García de Urra, el cual “les dijo que fueran a pasear, porque estaba en buena parte el dicho descamino”; también estaba en la puerta María de Elizalde, mujer de Esteban Galarza, quien requerida a que entregase caballerías y trigo, dijo que no estaba su marido, y sin su permiso no podía darles nada. Volvieron donde el Alcalde y éste les mandó que buscasen al Tablajero, y que le quitasen macho, rocín y trigo, y que lo depositasen en la Posada, lo encontraron en la Casa Concejil, y les contestó que estuviese el Alcalde con él; después oyeron que había ajustado el descamino con Pedro de Urra en 30 ducados; serán los dos doblones de que hablan después.
José Lizarraga, de 42 años, y Blas Ichaso de 32 dicen que hacia las 10 de la mañana del lunes 25 de mayo tuvieron noticia de que Pedro de Urra, con un macho y un rocín llevaba trigo a Gipuzkoa y le siguieron, dándole alcance en el Puente de Mendizábal; les dijo que le dejaran seguir y que a la noche de vuelta les daría a cada real de a ocho; le contestaron que no, y que debía volver a Alsasua a prestar declaración ante el Alcalde. Mientras hablaban, llegó García de Urra, guarda de la Tabla de Alsasua, y primo de Pedro, quien dijo que a él le correspondía hacerse cargo del descamino, y que llevaría las caballerías y el trigo ante el Tablajero Esteban de Galarza. José Lizarraga y Blas Ichaso no quedaron de acuerdo y contestaron que a ellos les tocaba el descamino por ser los primeros en cogerlo; sin embargo, García de Urra llevó todo ante el Tablajero, y José Lizarraga y Blas Ichaso se fueron a dar cuenta del incidente al Alcalde; quien les mandó que acudiesen a casa del Tablajero y le quitasen tanto las dos caballerías como el trigo descaminado. Al acudir a casa de Esteban Galarza, encontraron en la puerta a García de Urra, el cual “les dijo que fueran a pasear, porque estaba en buena parte el dicho descamino”; también estaba en la puerta María de Elizalde, mujer de Esteban Galarza, quien requerida a que entregase caballerías y trigo, dijo que no estaba su marido, y sin su permiso no podía darles nada. Volvieron donde el Alcalde y éste les mandó que buscasen al Tablajero, y que le quitasen macho, rocín y trigo, y que lo depositasen en la Posada, lo encontraron en la Casa Concejil, y les contestó que estuviese el Alcalde con él; después oyeron que había ajustado el descamino con Pedro de Urra en 30 ducados; serán los dos doblones de que hablan después.
El caso estaba en que el primero que actuaba era quien tenía
derecho sobre el descamino, y los derechos de los denunciantes, que suponían la
tercera parte del decomiso; así es que el asunto pertenecía al Alcalde y a sus
guardas.
El 12 de agosto continúan las declaraciones de testigos,
todos vecinos de Alsasua:
José de Urra mayor, arriero, de 50 años y cuñado de Pedro
Miguel Ochoa de Zubiri, de 40 años
Miguel de Insausti, natural y vecino de Alsasua, de 55 años
Pedro de Iriarte, de 60 años
Domingo Elizalde de 42 años.
La primera sentencia del 14 de octubre dice así:....
...
→→→→→ ←←←←←
Enunciado de otro proceso relacionado con el tema:
“Martín Sáez de Muniain, Cirujano, vecino de Olazagutia,
fiador de García de Urra, contra José de Urra, Graciana de Urra y Martín de
Salinas, defensor de la herencia de García de Urra, vecinos de Alsasua, sobre
ejecución contra la herencia de García de Urra, por una deuda de 184 reales, 1
tarja y 2 cornados de una saca de trigo”.
El lío venía por tanto, del 2 de
diciembre de 1702, cuando obtuvo ejecutoria el Cirujano de Olazagutia contra
García de Urra, del que había salido fiador para que salieran él y sus dos
compañeros de la cárcel de Pamplona.
Muerto García de Urra sin haberle pagado, reclama la
cantidad, que había adelantado, a sus herederos: José y Graciana de Urra (mujer
de Juan Ascarza o Escarza). La reclamación a dichos herederos empieza en 1713;
los hermanos Urra dicen en agosto de ese año que murió su padre sin hacer
testamento, y que según les convenga aceptarán o no su herencia.
El 25 de enero de 1714 José Urra dice que ha pagado diversas
deudas, que tenía su padre, y que repudia su herencia.
El 9 de febrero de 1714 Graciana Urra y su marido, Juan
Ascarza, dicen que no tienen ningún bien recibido de su padre García y que
repudian su herencia.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario