1556 Lizarraga Torrano Unanoa juicio sobre gestión de Ergoyena
Los testigos declaran el 18 de
mayo de 1556 y en días sucesivos (se trata de los restos de un proceso inserto
en otro anterior):
Martín de Huarte, escribano real,
vecino de Liçarraga, de 40 años dice acordarse de que el año 1545 tomó
residencia el licenciado Bayona, siendo alcalde de Ergoyena “uno llamado Joan
Domínguez”, vecino de Torrano.
En 1546 fue alcalde Juan Zuri, vecino de Lizarraga.
En 1547 fue alcalde Martín Sandora, vecino de Unanoa.
En 1548 fue alcalde Pedro Huarte, escribano, vecino de
Lizarraga, ya difunto.
En 1549 fue alcalde Miguel Lazcoz, vecino de Torrano.
En 1550 fue alcalde “Juanto de Juana Çarra”, vecino de
Lizarraga.
En 1551 fue alcalde Pedro Belza, vecino de Unanoa
En 1552 fue alcalde Adrián de Lizarraga, vecino de
Lizarraga.
En 1553 fue alcalde “Joanes de Joane Lópiz”, vecino de
Torrano.
En 1554 fue alcalde “Juanto de Juana Çarra”, vecino de Lizarraga.
“En el año
de 52, siendo alcalde de la dicha tierra Adrián de Liçarraga, vecino del dicho
lugar, desterró a una llamada Domenja, vezina del dicho lugar, porque estaba
amancebada públicamente con Miguel de Betelu, herrero, vezino así bien del
dicho lugar... a visto castigar a los blasfemadores y jugadores”.
Para las
obras de Pamplona el año 1555 le correspondieron a Ergoyena 28 ducados, pagando
la mitad Lizarraga.
Las cargas
las reparten por vecinos y por igual, sin distinción de ricos o pobres “y que
esto se haze por razón que en los repartimientos de paztos, yerbas y otros provechos
de la dicha tierra se da tanta parte al pobre como al rico y a todos ygualmente
sin diferencia alguna”.
“A la dozena pregunta dixo que en
cada un año primero día de henero, que es por la pascoa del Año Nuebo, suelen
(juntarse) en el dicho lugar de Liçarraga en la yglesia parrochial della y
(van) de los otros lugares de Torrano y Unanoa y allí se sacan quatro jurados,
los dos en el dicho lugar de Liçarraga y los otros dos de los lugares de
Torrano y Unanoa y la horden y forma que para ello se tiene es que uno de los
jurados viejos de cada lugar hecha unos dados sobre una mesa por todos los
vezinos de su lugar donde es el tal jurado a cada uno por quien hecha el tal
dado y aquel a quien salen menos puntos queda por jurado del año seguiente y
desta manera desque han sallido los dichos quatro jurados de los dichos tres
lugares se les recibe juramento por el vicario del dicho lugar de Liçarraga que
bien y fielmente husarán de sus oficios y harán la electión de alcalde en las
personas más ábiles y suficientes que les pareciere que son para el dicho
oficio y lo mismo se haze del almirante y que el dicho alcalde y almirante se
nonbran en un año en el lugar de Liçarraga y el otro año en Torrano y en el
tercero año otra vez Liçarraga, en el quarto en el lugar de Unanoa y que de
tres personas que se nonbran en cada un año para alcaldes y uno para almirante
ban los tales nonbrados al Señor Bisorrey y aquel que trahe título de alcalde y
por lo mesmo de almirante sirben los dichos oficios por tiempo de un año en toda
Dice que “no han dado salarios ni
pensiones algunas a nadie, mas de lo husado y acostumbrado y a las personas
seguientes, es a saber: a tres advogados, a un procurador y a un solicitador a
cada uno dellos les dan a cada doze rovos de trigo por año y al alcalde de la
dicha tierra veynte y quatro rovos y al escribano del concejo de la dicha
tierra catorze rovos y que otros salarios ni pensiones no a visto que se ayan
dado”.
“En casa de los almirantes, que
en cada un año se nombran, suelen estar los presos, que se toman por delictos y
otras cosas y que no ay otro aparejo alguno para los dichos presos y guarda de
ellos mas de solamente unos yerros para los pies y que a causa desto algunas
veces quando ay más de un preso suelen poner guardas y que sucede bexación y
costa a los presos y otros vezinos que han de hazer de dicha guarda”. Cita a
Pedro de Lezaun, escribano de Ergoyena, que parece había muerto hacía más de
medio año por lo menos.
Adrián de
Lizarraga, de 60 años, es alcalde de Ergoyena este año de 1556 como lo fue hace
4 años, cuando recibió información sobre Domenja, amancebada con un hombre
casado y la desterró de Ergoyena “y que no a habido blasfemadores ni rufianes
en la dicha tierra ni tableros públicos de juegos”. Calcula que en Lizarraga
habrá unos 80 vecinos y otros tantos entre Torrano y Unanua; respecto a los
guardas dice haber “en cada un año hasta ocho personas de toda la dicha Tierra
de Ergoyena, las quatro para la guarda de los montes comunes y los otros quatro
para la guarda y conservación de las huertas, heredades y panificados de la
dicha Tierra de Ergoyena”, lo que se percibe de las multas se consume en vino
por los vecinos; entre los arriendos están los molinos: “dos molinos que ay en
la dicha villa de Echarri y uno en el término de Ergoyena”. Indica que “los
privilegios y escrituras tocantes a la dicha Tierra están originalmente en poder
de Martín de Huarte, escribano del dicho concejo de la dicha Tierra, las quales
sabe estarían mejor en un archivo en la yglesia por ser aquella de piedra y las
casas de dicho lugar de tablas, a cuya causa están en peligro de ser quemadas”.
“Juanto de
Juana Çarra”, vecino de Liçarraga, de 50 años, sobre los salarios y pensiones
explica que dan “a doze robos de trigo a los dichos adbogado, solicitador y
procurador y al escribano del concejo otro tanto y al alcalde hordinario de la
dicha Tierra se le dan veynte y quatro florines de moneda, con que él sea
obligado a llevar los quarteles, que se deban a S. M. por los dichos lugares y
Tierra de Ergoyena al recebidor de Pamplona” y añade que él paga también el
título de alcalde con dicha asignación.
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