Páginas

viernes, 5 de noviembre de 2021

1610 Echarri Aranaz muerte de un morisco tormento y galeras

 “Proceso del Fiscal contra Juan de Zubiri, preso en Echarri Aranaz, sobre muerte con alevosía de Juan Matarraz, morisco”

            El viernes 14 de mayo de 1610 “Felipe Colato, nuevo convertido, natural que dixo ser de la ciudad de Taraçona”, de 28 años y Juan Matarraz, vecino de Yanguas, con dos machos venden pucheros en Echarri. Duermen en Lizarraga y temprano, al día siguiente sábado día 15, emprenden su marcha hacia Zumbelz. Cuando llegan a la “endrecera llamada la Llana de Odieta, en el monte”, debajo del camino aparecieron tres hombres con sus arcabuces; dos arcabuzazos se llevó Juan Matarraz, que quedó muerto y el tercer tiro, con heridas en el brazo y pierna izquierda, hizo correr a Felipe Colato, hasta Lizarraga, para dar aviso del trance, según las primeras impresiones.

            Acto seguido salieron en persecución de los asaltantes, mandando “al puerto

de Lazcoz, Sandratia, Ataçabal, puerto de Liçarraga, Torrano y a la de Usayde a cada ocho guardas”; el alcalde de Ergoyena, Luis Jáuregui enviaba mensajeros a todos los pueblos cercanos denunciando el caso y tomaba declaración al herido; Felipe Colato le cuenta que estaban el día 14 vendiendo en Echarri “ollas y estaños”, cuando entre las 4 y 5 de la tarde, se les acercó “un hombre moço, barbinegro claro, carilleno, colorado con un sayo dado color chazpeado, el qual les hizo muchas preguntas, deziéndoles que ellos an bendido muchas mercaderías y que tienen muchos dineros”. Después se fueron a Lizarraga, donde también vendieron algo, durmieron en casa de Miguel Guillén y por la mañana temprano salieron “por el camino real del puerto de Liçarraga con intentos de parar almorçar a la casa de Çumelz, que hiban en ayunas”; vio 4 ó 5 hombres debajo del camino y cuando llegaron al par suyo dispararon, cayendo muerto el compañero y a él le tiro uno al que conocía desde hace 4 años, guarda de Echarri; huyó como pudo. Añade que en Echarri “compraron unas baretas de azer bañas para espadas de un hombre gordo de la dicha villa y bendieron dos ollas grandes a dos clérigos de la dicha villa y andubo un hombre con ellos, quien se alló en el encuentro y todos ellos saben quién es la dicha goarda, quien los a muerto y es casado este deposante y tiene una hija y el muerto tiene padre y madre”. El escribano actuante era “Belenguer de Jáuregui”.

            El mismo día 15 el alcalde llama a Víctor Zubillaga, cirujano vecino de Echarri, que examina las heridas de Felipe Colato en la pierna y en el “braço izquierdo tendrá alguna manquedad por estar el focil algo dislacerado”; en cuanto al muerto ve que tiene “cinco o seis (heridas) penetrantes de pelotas, de que murió el dicho Joanes Matarraz”.

            Miguel Guillén, vecino y jurado de Lizarraga declara que por no haber posada, habían dormido en su casa dos hombres con dos machos, de la que salieron por la mañana y a medio puerto los 3 ó 4 ladrones y salteadores dieron el golpe; así es que “como jurado y ministro de justicia” dio aviso a Miguel Urquizu, alcalde de Echarri y a otros para que tomasen cuenta de personas sospechosas.

            Miguel Urquizu “hizo tocar las campanas a Miguel Pérez de Echarri, sacristán de la dicha villa y luego sentiendo el toque de las campanas, entendiendo toque de incendio o armada, como tienen de costumbre en semejantes ocasiones, se juntaron todos los vecinos de la dicha villa”; faltaron unos 15 vecinos y se preguntó donde habían estado por la mañana. A continuación salieron para los “puertos de Lazcoz, Berrenoa y Alleco y a los mojones de Burunda”.

            El día 18 de mayo de 1610 se toma declaración a varios testigos en Echarri:

            Graciana de Arizcun, mujer de Joanes de Gamboa, de 50 años, residente en Echarri tenía una hija, Graciana también.

            “Joanes Martiz, sustituto fiscal”, vecino de Echarri, de 50 años, oyó que en la muerte de Juan Matarraz, “bien podría aberse allado Luis de Arbiçu, que por otro nombre le llaman hijo de Chope”; de modo que se fue en secreto a Lizarraga Sarria y le encontró en casa; le habló de las sospechas que circulaban y se las confirmó, reconociendo que participó con Zubiri en el asalto. Volvió a Echarri y pasó la información al alcalde.

            Vuelve a declarar “Felipe Colato, nuevo convertido, natural que dijo ser de la ciudad de Taraçona del reyno de Aragón... de 28 años”; dice que les dispararon desde la arboleda, dos de ellos le habían hablado el día anterior en Echarri y asegura que los reconocería. Su compañero Juan iba un poco más adelante y le tiraron dos arcabuzazos y a él un pistoletazo: “fue preguntado declare el hombre que les hizo las dichas preguntas en la dicha villa de Echarri Arañaz, si les hizo en bascuence u en romance; dixo que en romance les abló y ablaba bien castellano algo çaçeando”. Como dice que hace 4 años que conocía al agresor, que habló con ellos, asegura que siempre se presentaba como guarda de las tablas reales. Al tercer asaltante no le conoció.

            El miércoles 19 de mayo presta declaración en Lizarraga el alcalde de Ergoyena, Luis de Jáuregui, de 42 años, explicando que el día 15 vio a “dos hombres, nuebos convertidos, que andaban vendiendo ollas y redes de camas por el dicho lugar de Liçarraga y en casa de este testigo preguntaron si tenían alguna bresca de lo que se saca la miel y cera y la mujer de este testigo les dixo que tenía como un robo”; él se fue a layar y vio que los dos hombres luego iban de camino con sus dos machos “y de allí muy poco rato oyó el ruido de arcabuces que dispararon”. Le vio bajar al herido al poco rato dando voces y se fue como alcalde al pueblo, a casa de Miguel Guillén. Ya que Felipe Colato le contó lo sucedido y le dijo que eran los guardas de Echarri, le mandó aviso al alcalde de la villa; él, por su parte, hizo tocar la campana y reunió a la ... PDF

No hay comentarios:

Publicar un comentario