1663: Auto de reconocimiento de la casa de la abadía”
El 25 de
noviembre el cantero de Arbizu, “Pedro Vergerandi”, hace un reconocimiento y
una tasación de lo que costaría la reparación de la casa: se reformará la
chimenea “y así mismo una pared en la parte acia el dicho lugar, que al
presente está de unas tablas viejas, asta los primeros suelos y por el
consiguiente por la parte del mediodía acia otra pared asta llegar a
corresponder con otra nueva, que está echa por la misma parte todo de
mampostería y así bien es necesario hacer unos tabiques dentro de la dicha casa
en los segundos suelos, todo lo qual costará la suma de 135 ducados, poco más o
menos”. (AGN Protocolos Notariales, Notaría de Villanueva, Antonio Fernández de
Mendivil, legajo 40)
1682 Irañeta casa abacial obra de carpintería
“Auto de vista del oficial
carpintero echo en la casa de la abadía: 9 de febrero de 1682. En el lugar de
Irañeta a nuebe de febrero de mil seysçientos oçhenta y dos por testimonio de
mi el
escribano y testigos infra escritos pareçió presente Bernardo de Oteyza,
maestro carpintero, vezino del lugar de Arriba, quien dixo que de mandato del
señor Licenciado Don Çeferino de Ulibarri, Vicario General de todo este
obispado de Pamplona, D. Andrés de Giga, abbad de la parrochial de este dicho
lugar de Irañeta, le a hecho reconoçer la casa y habitaçión perteneçiente a la
abbadía de dicha parrochial y vista con todo cuidado y diligençia a allado casi
todo un suelo caído, el qual se dexa conoçer haverse dirruido solo por haver
sido hecho en su prinçipio de material de muy mala qualidad y fáçil de
corromper por ser de madera de aya y no por otra omisión del cura presente ni
los últimos pasados, respecto de que el dicho suelo dirruido no servía sino de
defensa de la frialdad, que se comunica de la texa vana, y no de tener ni la
menor carga sovre él, como no la a havido, sino que se allan los solibos
caídos, hechos polvo de podridos; y respecto de ser el dicho suelo, el que
cubre a otro, que es muy neçesario para la havitación de dicha casa, es preçiso
se reedifique de madera de roble.
Así mismo declara dicho Oteyza,
maestro carpintero, que casi todo el resto de la casa está en quanto a los
suelos muy viexa, porque la hiçieron en tiempos pasados de la misma materia,
que dexa diçho arriba, que es la aya fáçil a pudrirse, por lo qual alla que
corre mucho riesgo hagan otros dos suelos, lo que el dirruido, en breve tiempo,
si no se acude al reparo de haçerlos de mexor material, que es el de robre con
tablones al uso de la tierra, que es el de más commodidad, así en quanto al
gasto como para duraçión.
Y así bien declara dicho offiçial
que hecho el cómputo de lo que montará el gasto de diçha obra reedificándose
así el suelo dirruido como los otros dos, que manifiestamente peligran y sin
ellos no se puede havitar diçha casa, llegará poco más u menos de seteçientos a
oçhoçientos reales, porque avrán menester más de quarenta solibos y çiento y
beynte tablones poco más u menos, cuyo valor, el del clabazón y jornales de los
ofiçiales juzga, justa su conçiençia, llegará a la sovre diçha cantidad de
seteçientos a oçhoçientos reales.
Y esto es lo que declara por el
juramento sovredicho y pidieron así el dicho abbad como el que declara lo
asentase por aucto y yo lo hiçe así siendo presentes por testigos Juanes de
Yarça y Martín de Lacunza; y firmaron los siguiente con mi el dicho escribano.
Don Andrés de Ciga, abbad de Irañeta
Martín de Lacunza
Ante mi, Martín de Gastea López, escribano”. (AGN ProtocolosNotariales, Notaría de Villanueva, Martín Gastea López, legajo 40, N.º 11) pdf
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