Asadorazo mortal
Proceso
contra Vicente Iguzquiza, Matías y Juan Iguzquiza, Ramos Villanueva, Antonio
Carmona(1), Manuel Goñi(2) y otros, presos, sobre
agresión con palos y resultado de muerte de Juan Ramón Urdiain, todos vecinos
de Cirauqui.
El lunes, 26 de enero de 1824, por la tarde iban 7
Voluntarios Realista por la “Calle Larga”, a los que se sumó otro más; a este
grupo trataron los Iguzquiza de “ladrones y liberales”. “Levántate de hay
pabano, una vida tengo y la quiero perder contigo”, le dijo en plan de reto
para que saliera de casa.
(1) “Antonio Zufiaurre, por apodo Carmona, que es natural de
la villa de Puente y residente en la de Cirauqui”, “Antonio Zufiaurre alias
Carmona”, soltero de 19 años.
(2) “Manuel, que se le conoce por el hijo de la Desoja y es
Borte”; “Manuel Goñi Borde, que se le conoce por el hijo de la Desoja”, es
Voluntario Realista.
Edad de los Voluntarios:
Javier Irurre, de Cirauqui, “Voluntario Realista que ha sido
de la División de este Reino, y su Segundo Batallón”, de 20, según declara el
27 de agosto de 1824,
Ignacio Lorenz, de 22 años, Voluntario Realista del 1.er
Batallón.
“Ignacio Arostegui(3), natural de la villa de
Cirauqui, soldado voluntario del Batallón Ligero Provisional de Voluntarios de
Navarra y su Quarta Compañía”, de 20 años, de guarnición (antes estuvo en
Sangüesa) en Puente la Reina, “estuvo trabajando en la labor de Ondalán.” Les
“tiraron a estos de pedradas o tejazos”.
Francisco Goñi y Villanueva, Voluntario Realista, de 19
años.
(3) Tomás Zumalacarregui era el Coronel Comandante del
Batallón Provisional de Voluntarios Realistas del Reino y firma este oficio:
|
El 31 de
enero de 1824 declara en Oteiza el herido:
Juan Ramón
Urdiain, de 27 años, soltero, labrador, natural de Cirauqui y soldado de la 2.ª
Compañía del 1.er Batallón de la División del Reyno de Navarra,
aunque dice que para esta hora ya se le habrá recogido la licencia absoluta del
compromiso que tenía; dice que fue herido el lunes, por la noche del día 26 de
enero de 1824 en Cirauqui: “declaró que en dicho día lunes estuvo trabajando
para Don N. Esquide, en la que cenó y entre 6 y 7 de la noche salió de ella
asociado de Quintín, su hermano, Ignacio Arostegui y Ramos de Villanueva y a
breve rato se reunieron con Francisco Miranda y Manuel de Goñi, todos solteros
y soldados en iguales circunstancias que el declarante; que como en la noche
anterior, domingo, Xavier Irurre, Voluntario del Segundo Batallón, hubiese
golpeado al citado Manuel de Goñi, y diese la casualidad de encontrarse en la
calla con el citado Irurre, que acompañaba a Josefa Carmona, soltera, en razón
de que el que declara quedó un poco atrás, sus compañeros sin que por dicha
causa pueda puntualizar quien, ni quienes de ellos empezaron a golpear a
Irurre, quien para cuando el declarante se reunió con aquellos, ya se había
introducido en la casa de Ramón de Iguzquiza, y la Josefa lo haría sin duda a
la suya, en cuya virtud dicho declarante y compañeros se retiraron hasta la
Escuela de los niños, y desde ella vieron salir de la casa de dicho Iguzquiza
un grupo de jente, en número de seis o siete personas, de las quales conoció a
Teodoro Abárzuza, de estado casado, Vicente y Juan Antonio Iguzquiza, hermanos,
hijos de Ramón, Julián, cuyo apellido ignora, mas no que es yerno del referido
Ramón Iguzquiza y el dicho Xavier de Irurre, con asadores y armas, porque
decían : Fuego, fuego que los hemos de matar; con cuyo motivo se retiraron
desde dicha Escuela hasta Corrostebia(4), y aunque fueron
perseguidos por los enunciados peones de Iguzquiza, éstos, al disparo de dos o
tres pedradas de parte del declarante y compañeros, y que a nadie hirieron, los
hicieron retroceder hasta la casa de Iguzquiza, en que se introdujeron y
cerraron la puerta y como a breve rato volviese a salir el indicado Irurre, el
que declara y sus compañeros, le descargaron varios golpes, haciéndolo dicho
declarante de tres garrotazos en las espaldas, a cuias resultas volvió a introducirse
en la misma casa, a cuya puerta, como el declarante observase que uno de sus
compañeros, no recuerda cual fuese, hiba a disparar una pedrada, corrió a
impedírselo, como lo consiguió deteniéndole el brazo; pero la recompensa que
tuvo fue que de dentro de ella y por un ahujero, que tenía la puerta, se le
hirió, no save por quién, pero si que fue con un asador y encima la ingle
derecha, visto lo cual el referido Francisco Miranda, cogió al declarante y
llevó al Orno de San Román, en donde se le puso en cama y a breve rato se
presentó Manuel, cuyo apellido ignora, mas no que es el Cirujano conducido en
dicha villa, a quien sin duda alguna se le habisaría para que concurriese; mas
sin mirarle la herida ordenó que ésta se chapease(5) con vino, como
así se practicó y en ese sitio permaneció hasta lo que serían las nueve de la
mañana del martes 27 del corriente, hora en que y con objeto de recoger las
Licencias absolutas, salió al campo asociado de Ramón Osés, Ignacio Lorenz y el
indicado Francisco Miranda, todos Voluntarios, al campo, en que y a vista del
lugar permanecieron hasta las tres de la tarde, en que dicho Osés y el
declarante, que no podía andar, se dirigieron al Corral del citado Agoiz y
Miranda y Lorenz lo hicieron al pueblo a llebar pan y vino para la noche y
abisar a los compañeros, para que saliesen a ese sitio y todos con el objeto de
recojer las Licencias y en su virtud con esos dos comparecieron Quintín Urdiain
y Francisco Goñi, también Voluntarios y todos seis permanecieron en dicho
Corral, hasta el amanecer en que el declarante por no poder andar se vino poco
a poco a este pueblo (Oteiza) y aquellos lo hicieron a la villa de Peralta, en
que existía el Batallón, y el que declara llegó la tarde del miércoles y hora
de como las tres a la casa del dicho Benito Luquin, su primo, en la que existe
y en el de hoy se ha llamado al Médico y Cirujano y el primero le ha mandado
confesar y el segundo lo ha curado”.
(4) “Calle que llaman de Ramón de Iguzquiza, y a distancia
de la casa de éste como dos eras de tierra y sitio que llaman Gorostebea un
poco más arriba de las Escuelas.”
(5) “Chapear” la herida, cubrirla con un paño mojado: “mandó
que le chapeasen” en vino; “mandó que le chapeasen o pusiesen unos paños de
vino o aguardiente después de cocidas unas malvas en uno de esos licores.”
El 1 de
febrero de 1824 entre la una y las dos de la madrugada murió el voluntario
Realista, Juan Ramón Urdiain a los 27 años. Los facultativos, que intervinieron
fueron:
Antonio Larrainzar, Cirujano de Oteiza, de 32 años,
José Ramón Arbizu, Médico de Oteiza,
José Carlos López, Cirujano de Morentin, de 44 años.
Manuel Zariquiegui, Cirujano de Cirauqui, de 70 años....
No hay comentarios:
Publicar un comentario