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viernes, 27 de diciembre de 2013

Alsasua: 1636: queja por vejación

“María de Egüés, residente en Alsasua, contra Pedro de Goicoechea, Alcalde de Burunda, Esteban Iriarte y consortes, vecinos de Alsasua, sobre que éstos den cuenta de María y Turubia de Nájera, hermanas, que fueron presas a instancia de la demandante por palabras de injuria y las dejaron hacer fuga de dicha prisión”.

Pedro Goicoechea, Alcalde del Valle, vecino de Bacaicoa, en su descargo por la fuga hecha, dice el 24 de septiembre de 1636 que encargó la prisión de las hermanas Turibia y María a Esteban Iriarte, Teniente y a otros, y ellos las soltaron y andan ahora en Eguino, fuera del Reino.
En concreto el 17 de julio de ese 1636, Pedro Goicoechea apresó a las dos hermanas por denuncia de “María de Egüés, criada del Licenciado Don Miguel de Arramendía, abad”, de Alsasua. Como el Alcalde era de Bacaicoa encargó que las encarcelara y pusiera en el cepo a Pedro Anso, Merino, de 24 años; éste declara que antes de llevarlas las dejó en manos de unos de Alsasua, y que desaparecieron las dos mujeres, cuando las iba a llevar a Bacaicoa.
Los de Alsasua a los que se refiere eran: Esteban Iriarte, Teniente de Alsasua, Lucas Ayuca y Joanes Lizarraga menor. El escribano, que recibía la información, era Miguel Ruiz de Eguino y con su escribiente Bartolomé Galbete, de 16 años, residente en Iturmendi.
En su declaración María de Egüés, natural de Urdiain, criada de Don Miguel Arramendía, abad de Alsasua y Comisario del Santo Oficio, presentó queja contra “María de Nájera y Turibia de Nájera, mujer de Pedro Galarza, pintor”; dice que el lío empezó por un paño, que le dieron en prenda de 2 reales a Don Miguel; ella lo limpió y tendió en una huerta, de donde desapareció; el paño lo tenían las dos hermanas y las tres se encontraron en la Fuente, en faena de limpieza y al reclamárselo le agredieron, le tiraron de los pelos, apedrearon y ese mismo día 16 de julio le insultaron, diciendo que “es una puta, y que a servido en burdeles en las ciudades de Logroño, Vitoria y Pamplona”. (f. 7)
Con queja tan contundente mandó el Alcalde ponerlas “a buena y segura guarda”. (f. 7v)
La protesta de María de Egüés viene después, al reclamarle al Alcalde y a los tres supuestos guardas el haberse entendido, para que escapasen.
El 21 de octubre de 1636 la Corte Mayor manda que Esteban Iriarte, Lucas Ayuca y Joanes de Lizarraga se presenten en las Cárceles Reales de Pamplona con las dos mujeres. Estos tres de Alsasua se defienden explicando que el Alcalde Pedro Goicoechea les encomendó su custodia; y que las tuvieron presas tres días, pero como son pobres y necesitan trabajar, le pidieron que se las llevara a la cárcel del Valle de Burunda; sin embargo, a pesar de todo las tuvieron bajo su control varios días más, sin que el Alcalde hiciese nada. Dicen que Iriarte no tenía obligación de guardarlas y que lo hizo por ignorancia y temor de los 50 ducados, con los que le amenazó Pedro Goicoechea de no obedecerle.
En la declaración de varios testigos se confirma que Iriarte las tuvo en su casa 8 días; y cuando habían trascurrido ya 6, le pidió, al que ese año era Alcalde, que se las llevara, y que no quiso y sí que se quedaran en Alsasua, en contra de lo establecido en el Valle; le habían insistido que se les pagase por su custodia, pues eran gente humilde y pobre, y estaban perdiendo su trabajo, que les era necesario; a estas peticiones el Alcalde del Valle que “exerce la jurisdicción baja y mediana”, nada contestó.
Al parecer, al cabo de unos días tuvieron las hermanas detenidas ciertos permisos para salir por Alsasua algún rato, y volvían; pero una de las veces, pues no volvieron más y se fueron a la cercana localidad de Eguino; de esta eventualidad también le habían .... COMPLETO EN PDF

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