“María de Egüés, residente en Alsasua, contra Pedro de
Goicoechea, Alcalde de Burunda, Esteban Iriarte y consortes, vecinos de
Alsasua, sobre que éstos den cuenta de María y Turubia de Nájera, hermanas, que
fueron presas a instancia de la demandante por palabras de injuria y las
dejaron hacer fuga de dicha prisión”.
Pedro Goicoechea, Alcalde del
Valle, vecino de Bacaicoa, en su descargo por la fuga hecha, dice el 24 de
septiembre de 1636 que encargó la prisión de las hermanas Turibia y María a
Esteban Iriarte, Teniente y a otros, y ellos las soltaron y andan ahora en
Eguino, fuera del Reino.
En concreto el 17 de julio de ese 1636, Pedro Goicoechea
apresó a las dos hermanas por denuncia de “María de Egüés, criada del
Licenciado Don Miguel de Arramendía, abad”, de Alsasua. Como el Alcalde era de
Bacaicoa encargó que las encarcelara y pusiera en el cepo a Pedro Anso, Merino,
de 24 años; éste declara que antes de llevarlas las dejó en manos de unos de
Alsasua, y que desaparecieron las dos mujeres, cuando las iba a llevar a
Bacaicoa.
Los de Alsasua a los que se refiere eran: Esteban Iriarte,
Teniente de Alsasua, Lucas Ayuca y Joanes Lizarraga menor. El escribano, que
recibía la información, era Miguel Ruiz de Eguino y con su escribiente
Bartolomé Galbete, de 16 años, residente en Iturmendi.
En su declaración María de Egüés, natural de Urdiain, criada
de Don Miguel Arramendía, abad de Alsasua y Comisario del Santo Oficio,
presentó queja contra “María de Nájera y Turibia de Nájera, mujer de Pedro
Galarza, pintor”; dice que el lío empezó por un paño, que le dieron en prenda
de 2 reales a Don Miguel; ella lo limpió y tendió en una huerta, de donde
desapareció; el paño lo tenían las dos hermanas y las tres se encontraron en la
Fuente, en faena de limpieza y al reclamárselo le agredieron, le tiraron de los
pelos, apedrearon y ese mismo día 16 de julio le insultaron, diciendo que “es
una puta, y que a servido en burdeles en las ciudades de Logroño, Vitoria y
Pamplona”. (f. 7)
Con queja tan contundente mandó el Alcalde ponerlas “a buena
y segura guarda”. (f. 7v)
La protesta de María de Egüés viene después, al reclamarle
al Alcalde y a los tres supuestos guardas el haberse entendido, para que
escapasen.
El 21 de octubre de 1636 la Corte Mayor manda que Esteban
Iriarte, Lucas Ayuca y Joanes de Lizarraga se presenten en las Cárceles Reales
de Pamplona con las dos mujeres. Estos tres de Alsasua se defienden explicando
que el Alcalde Pedro Goicoechea les encomendó su custodia; y que las tuvieron
presas tres días, pero como son pobres y necesitan trabajar, le pidieron que se
las llevara a la cárcel del Valle de Burunda; sin embargo, a pesar de todo las
tuvieron bajo su control varios días más, sin que el Alcalde hiciese nada.
Dicen que Iriarte no tenía obligación de guardarlas y que lo hizo por
ignorancia y temor de los 50 ducados, con los que le amenazó Pedro Goicoechea
de no obedecerle.
En la declaración de varios testigos se confirma que Iriarte
las tuvo en su casa 8 días; y cuando habían trascurrido ya 6, le pidió, al que
ese año era Alcalde, que se las llevara, y que no quiso y sí que se quedaran en
Alsasua, en contra de lo establecido en el Valle; le habían insistido que se
les pagase por su custodia, pues eran gente humilde y pobre, y estaban
perdiendo su trabajo, que les era necesario; a estas peticiones el Alcalde del
Valle que “exerce la jurisdicción baja y mediana”, nada contestó.
Al parecer, al cabo de unos días tuvieron las hermanas detenidas ciertos
permisos para salir por Alsasua algún rato, y volvían; pero una de las veces,
pues no volvieron más y se fueron a la cercana localidad de Eguino; de esta
eventualidad también le habían .... COMPLETO EN PDF
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