“El Fiscal y Miguel de Iriarte
contra Miguel Fernández de Garayalde y Lazcano, Regidor de Alsasua, sobre
tenencia de Mesón público y venta de mercancías para los pasajeros”.
El lunes, 20 de mayo de 1647, el
pueblo de Alsasua hizo “una procesión por la serenidad del tiempo, a que
acudieron muchos y faltaron otros, y a los que faltan a las dichas procesiones
es costumbre echarles alguna pena en vino y beberlas todas juntándose los
Jurados en Concejo o en otra cosa, para ello como dirán los testigos. Ítem que
en conformidad de la dicha costumbre, la dicha ocasión, luego que se acabó la
dicha procesión, el dicho acusado, como tal
Regidor cabo, llamó a su casa a los que a la dicha procesión habían ido, para que en ella asentasen las penas a los que habían faltado y las debiesen de vino, y el dicho acusado se puso a escribir y asentó los nombres de los que habían faltado, y al mismo tiempo empeçaron a dar de beber a los que allí estaban”.
Regidor cabo, llamó a su casa a los que a la dicha procesión habían ido, para que en ella asentasen las penas a los que habían faltado y las debiesen de vino, y el dicho acusado se puso a escribir y asentó los nombres de los que habían faltado, y al mismo tiempo empeçaron a dar de beber a los que allí estaban”.
En presencia de más de 60 personas, que estaban en su casa,
rompió el papel, en que anotaba los nombres de los que habían faltado a la
procesión y con cólera tiró los trozos, a los que allí estaban. Miguel de
Iriarte le dijo que una cosa así nunca se había visto en Junta; y Miguel
Fernández de Garayalde y Lazcano se levantó y fue a por él, pero lo
contuvieron. Al poco rato se levantó de nuevo y tiró de las barbas y del bigote
a Miguel Iriarte, arrancándole el bigote y trozos de la barba.
También se añade a la acusación que al tener el Mesón pone
los precios, que quiere, y se recuerda que ha tenido pleitos con civiles y con
clérigos, por los que fue desterrado, cumpliendo el castigo en Estella.
Algunos testigos exponen así la situación, pues al
reconvenirle Miguel Iriarte, el Regidor acusado “le dixo: Qué habéis de ablar
vos, desvergonçado; y le echó la mano a la cara... y le asió del mostacho y que
le sacó en parte... el quejante se quexaba en la ora diciéndole: Vm. tirarme de
los mostachos; y que enseñando a los testigos mucha parte de lo que así le
rancó con violencia, que los llevó en el seno... le trató también de borracho”.
(f. 19)
La versión y acusación de Miguel
Fernández de Garayalde y Lazcano, que se presenta el 1 de junio de 1647, es muy
distinta, formulando una nueva denuncia, para contrarrestar la otra:
“El Fiscal de Su Magestad y
Miguel Fernández de Garayalde y Lazcano menor, vecino del lugar de Alsasua,
como de derecho mejor lugar aya, cada uno por lo que les toca, quejan
criminalmente de Miguel de Iriarte, vecino del dicho lugar, por lo contenido en
los artículos siguientes de que entienden probar lo necesario:
1.º Primeramente que el dicho
Miguel Fernández quejante es jurado del dicho lugar, quieto, pacífico, apartado
de ruydos y pendencias, principal y bien nacido como lo dirán los testigos.
2.º Ítem que el lunes que se
contaron 20 de este presente mes de mayo, estaba el dicho acusado con otros
vecinos del dicho lugar bebiendo después de haber echo una procesión por la
serenidad del tiempo, en casa del quejante, y viendo que le dicho acusado dava
ocasión a los que estavan con él a vías de echo, le dijo el quejante por
hevitarla, se fuera con Dios de su casa, que está pegante a la Plaça o junto a
ella, y haviendo salido públicamente y en voz alta sin haverle dado ocasión ni
fundamento para ello, dijo del quejante que hera un bellaco, infame,
desterrado, hijo de puta, como lo dirán los testigos.
3.º Ítem que dicho acusado es
usero y vecero en cometer semejantes delictos y otros más graves, porque siendo
Regidor Esteban de Arça, escribano real, solo por haverlo nombrado por soldado
para El Burguete en las ocasiones que se an precedido de guerras, le tiró un
arcabuçaço públicamente a mediodía en presencia de muchas personas, como lo
dirán los testigos.
4.º Ítem
que en muchas ocasiones a tratado de dar fuego a la casa de María de Muniain,
su suegra, y lo hubiera echo, si no lo ebitaran personas de gran zelo, y así
mismo a hido muchas veces a su casa con un arcabuz a quererla matar como lo
dirán los testigos.
5.º Por ende suplican a vuestra
Magestad mande recevir información al tenor de los dichos artículos,
cometiéndola a qualquiera de los escribanos reales con la facultad hordinaria y
piden justicia y costas.”
Las mutuas acusaciones resultaban
fuertes, y el asunto quedó en suspenso durante algún tiempo, por mediación de
personas en busca de una reconciliación; pero en septiembre se dio orden de
captura contra Miguel Fernández de Garayalde y Lazcano, quien al no encontrarse
en su casa, le embargaron todos su bienes.
El 27 de mayo de 1647 el Virrey le levantó el destierro, a cual había
sido condenado en el pleito con el abad de Alsasua y Comisario del Santo Oficio
Don Miguel de Arramendía, después de ...COMPLETO EN PDF 5P
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