En la noche del 8 de julio del año 1824 Joaquín Mendiluce,
alias Pespes, acuchilla a Lucas Ramírez, hijo del que llaman Pecau.
Hacia la medianoche, rondando por Estella, encuentran un
hombre muerto en la Calle Zapatería, próxima a la cárcel pública:
“Encontrado un hombre tendido en
tierra boca arriba en la Calle de la Zapatería entre las casas de Juan José
Remírez y Nicolás García, distante un poco de la puerta principal de la de
éste... se hallaba bañado con su sangre, que tenía una herida en el pecho”.
A lo que comentaban, estando en la taberna, Lucas Ramírez le
llamó por Alias a Joaquín Mendiluce, se enzarzaron un tanto, pero los
separaron; salieron juntos Mendiluce y Ramírez, al parecer en paz, pero por lo
que se vio, le asestó 6 cuchilladas, algunas de las cuales era mortales: una al
corazón y otra al vientre.
Cuando Lucas le llamó por el alias, Mendiluce reaccionó
tirándole a la cara el vino, que tenía en un cuartillo.
Hipólito Arrieta, de 56 años, casado con Teresa Erdocia de
43 años, vio desde el balcón, que una persona “caminaba por la Calle Mayor
arriba, la que cayó en tierra cerca de la casa del testigo y habiéndose
levantado, al poco rato volvió a caminar muy pocos pasos y tras tornándose
caendo a luego a tierra boca abajo”, llegaron el Prior y Mayorales para
auxiliarle, pero murió. H. Arrieta “vive en la casa de la Calle Zapatería
número primero”; su mujer Teresa Erdocia tomaba la fresca en el “balcón que da
a la calle de la Asteria”; su marido estaba en la cama y se levantó al avisarle
Teresa del jaleo que había, y se “asomó al balcón que da a la de la Zapatería,
desde el que vio”, lo que ha contado.
Señas de Joaquín Mendiluce en la orden de captura del 30 de
junio de 1824: estatura regular, pelo castaño, vive en la Calle Zapatería n.º
31 cuarto 1, ojos garzos, cara delgada, color bajo, “sabe firmar”, y estaba
soltero.
Acusación del Fiscal contra Joaquín Mendiluce, ausente del
Reino:
“El Substituto Fiscal de esta
ciudad, y su Jurisdicción como de derecho mejor proceda acusa grave y
criminalmente a Juaquín Mendiluz, alias Pespes, natural de esta ciudad, reo
ausente y da por cargo y acusación la culpa que contra el mismo resulta de la
información sumaria que en toda forma reproduzco:
La noche
del ocho de julio del presente año de mil ochocientos veinte y cuatro fue la
última y más aziaga para el desgraciado Lucas Ramírez. Sucedió que Agustín
Gallarza, Prior del Barrio, con sus dos Mayorales, Román Gallarza y Eusebio
Lerma, concluida su ronda, a la hora de las once, poco más o menos, entraron en
la casa de Matías Sánchez con el objeto de beber un trago de vino; a brebe rato
se presentó Ramírez, y acto continuo llegaron a la misma Rufino Zalduendo, y el
acusado Mendiluz; bebieron todos seis juntos, y concluido, Ramírez le dijo a
Mendiluz la espresión de Alias. Mendiluz le tiró con un poco de bino que tenía
en el quartillo, de aquí resultó que principiaron ambos a reñir; procuró
apaciguarlos el Prior: lo consiguió, y a luego salieron de la Casa de Sánchez,
se dirijieron hacia la Cárcel, les siguió el Prior a una con Lerma rezelándose
alguna cosa, sintieron una voz como de quimera en la esquina de la Casa de
Ipólito Arrieta, corrió el Prior precipitadamente a este sitio, dio la voz de
la Justicia, mas para cuando llegó, vio que Mendiluz huía por el Puente de
dicha Cárcel; persiguió primero, no le dio alcance; volvió al segundo y lo
encontró tendido en tierra bañado en su propia sangre, sin que le oyese
articular ni una sola palabra.
Esto en substancia dicen también los Mayorales del Barrio,
añadiendo el testigo dos que los bieron como agarrados, y que conocen las ropas
que ambos tenían antes de la desgracia.
Ya tenía
Mendiluz (no hay duda) proyectado, meditado y aun resuelto su atentado, porque
el día anterior y a la hora de las ocho de su noche se ausentó de la casa de
Ramón Larrea, su amo, diciéndole, no quería servir más en su casa, después de
ocho meses, que lo había hecho. Posteriormente reconoció o confesó también su
delito, pues con la testigo veinte y siete tubo un encuentro el día doce del
mismo mes en la Fuente llamada de Remontibal; fue esta joben a traer
agua, y llegado a dicha Fuente obserbó que de una viña le tiraron tres piedras,
con las dos primeras le rompieron la basija, y con la tercera le pegaron en la
frente, a luego se aproximó un sujeto, y el preguntó de quien era, diole
solución la joben, bolbiole a decir el sujeto si hubiese sabido de quien eras
no te hubiera pegado; le preguntó así bien si en esta ciudad, se decía algo de
él, reponiéndole por último que como dijese alguna cosa de él o su encuentro la
había de matar, de donde infirió la testigo, y se infiere claramente que el
sujeto aquel era Mendiluz; a esto se agrega que la misma le bio al sujeto el
cabo y bayna de una arma blanca, que tenía en el pecho, y últimamente quando
esta moza se lebantó para venir a su casa, el otro corrió presuroso para una
senda que dirige al término de Baldelobos, sin chaceta, sombrero ni
zorongo.
¿Cabe pues duda alguna que Mendiluz es el agresor? Lo
ocurrido en la casa de Sánchez, su fuga, el encuentro con la moza, la
combersación que tubo con ella, las preguntas que le hizo, la amenaza que le
hechó, su cuchillo, las ropas que se encontraron cerca del difunto Ramírez,
demuestran paladinamente ser Mendiluz el homicida y no se si diga aleboso....
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