Juan Antón de Goicoechea y Echeverría contra Juan López de
Zubiría, sobre palabras.
La disputa ocurrió hacia las 11 de la noche del martes 21 de
marzo de 1662.
Declaran varios testigos el 29 de marzo de 1662.
Miquela de Galbete, mujer de Martín
López de Albizu, de 56 años, dice que el día 21, martes, jugaban a las cartas
en su casa, que es la Posada, apostándose dos pintas de vino, Juan Antón de
Goicoechea y Echeverría, Juan López de Zubiría, Lope de Goicoechea y Sebastián
de Iturralde; por una cuestión de “tantos”, se originó la discusión que derivó
a palabras de desprecio. Juan López de Zubiri le dijo a Juan Antón de
Goicoechea “que era él, y que no sabía de dónde era él, ni los de su familia y
que las armas, que tenía puestas en su casa y frontispicio della, eran nuebas y
mal puestas, porque se havían de poner con citación de la Valle, y el Fiscal y
Patrimonial, y que las hiciera quitar a coces, y que él ni su familia no eran
debaxo de su çapato, y que valía más lo que él pisaba que todos ellos, y esto
lo repitió muchas veces, con que esta que depone los sacó de casa.”
Sebastián de Iturralde, de 34
años, era uno de los participantes en la partida, y dice que “ a cosa de las 9
oras de la noche, estando jugando al naype este testigo y los quexante y
acusado, y Lope de Goicoechea en la Posada del dicho lugar sobre que los tantos
se los avía tocado a Lope de Goicoechea este testigo, travesaron algunas
razones, y después de algunas diferencias el dicho Juan López, que jugaba con
el dicho Lope de Goicoechea, atravesaron algunas raçones, y el acusado sabe y
se acuerda que le dijo al quejante y a este testigo, que eran unos majaderos, y
porque vio que (se) iban encoleriçando, este testigo cojió de la cocina de la
dicha posada un tiçón y se fue a su casa y no oyó, ni sabe otras zaçones.”
“Testigo 4.º Ítem el dicho Lope
de Goycoechea, vecino del dicho lugar, testigo jurado, de hedad que dixo ser de
veinte y ocho años, poco más o menos conoce a los quexante y acusado, y aunque
es primo del quexante y cuñado del acusado no por esto dejará de decir la
verdad, y lo que save y no le enpecen las demás preguntas de la Ley.
A la quarta pregunta de la dicha
queja dijo este testigo que lo que save y puede decir es que el día martes, que
refiere la dicha queja, a lo que serían las nueve de la noche, començaron a
jugar en la casa de la Posada del dicho lugar, a los naypes, este testigo con
el acusado contra el quejante y el antecedente testigo, y jugaron hasta cosa de
las once y sobre que Sebastián de Iturralde le tocó sus tantos a este testigo,
començaron a travarse de palabras el quejante y acusado, quien con algún género
de desprecio entre otras raçones dijo que ellos no eran para nada y que eran
hombres que no savían, sino ir a vender por menudo aceite de vallena, y que a
los fajeros y guardas les havían de hacer cortesía y que él era hombre que con
su labrança vivía tan solamente y que él era hombre que podía ir a qualquier
parte con este testigo, porque ellos no savían hablar castellano y ellos sí y
que eran unos majaderos, con lo qual después de todo esto jugaron pan y vino y
bebieron todos y porfiaron en que jugasen más y el acusado le dijo al testigo
antecedente jugase una pinta de vino y no quiso y el dicho quejante jugó con el
acusado y haviéndole ganado el acusado sacó el vino el quejante, y sobre no
haver querido dar de beber a todos dijo el acusado a la Guéspeda que sacase una
pinta de vino y le dio dinero y començó a darles de vever a todos y dijo que
veviesen que él lo daba como cavallero, a lo qual dixo el quejante que no veía
allí Encomienda ni Ávito de Santiago, a lo qual le replicó que de su casa ya
avían salido hábitos y cavalleros y en especial Don Miguel de Araiz, que probó
su genealogía las informaciones para hábito de Santiago, pero que de su generación
del quejante no, hasta agora, y que él ni los suyos, ni de su familia, no eran
para debajo de la punta de su çapato, y que las armas que tenía en su casa eran
nuebas y de ayer, y las suyas muy antiguas, y que no les citó al Señor Fiscal
Mayor ni a la Valle y que eran venidos de la Probincia, y que las dichas armas
se las havía de quitar y este testigo le respondió que después y todo los
papeles havían de dar su satisfación, y aquellos se guardarían; y a esto
replicó el acusado, y a adonde estavan; y esto es lo que save de la dicha
pregunta, y no más y esto responde.
A la sexta pregunta de la dicha
queja dijo este testigo que solo save que con dos vecinos del dicho lugar tubo
pesadumbre y quejaron contra el acusado ante el Alcalde de la Valle de Burunda,
pero no save el caso sobre qué, ni save más ni otras por el juramento que a
echo, leydole este su dicho en él se afirmó y ratificó y firmó e yo el dicho
comisario.
Lope de Goycoechea
Ante mí, Martín Robles de Echauri, comisario receptor.”
“Testigo 5.º Ítem el dicho Joanes
de Ilarregui, natural de la villa de Berástegui y residente en la de Lazcano,
arriero, testigo jurado de hedad que dixo ser de treinta y seis años, conoce a
los quexante y acusado, no es deudo ni pariente de ninguno de ellos ni le empeden
las demás preguntas generales de la Ley... dijo que como arriero que anda
nabegando con su requa por este Reyno de Navarra llegó a este lugar de Bacaicoa
la noche que la pregunta refiere.”
Los testigos dicen que el
acusado, Juan López de Zubiría, ha estado encausado otras veces, porque ha
insultado e incluso agredido a algunas personas, y por ello se le considera
“hombre temerario y de áspera condición”, en expresión de Miguel de Iriarte, de
42 años. (f. 12)
Antonio
Hernández, de 40 años, “residente”, aunque dice que vive en Bacaicoa desde hace
17 años; se le cita en el asunto de Francisco Ebra de Alsasua.
Lucas de
Goicoechea, de 30 años, declara que también a él, como a otros, le ha injuriado
el acusado, contra el que se repiten las quejas “de muchas y diferentes
personas, con quienes a tenido muchos topes, llevado de su mala y áspera
condición.” (f. 14)
Otro testigo insistía en que es
“muy soberbio y arrojado en su modo de hablar y a tenido muchos topes con
diferentes personas de la dicha valle” de Burunda. (f. 20v)
Pedro López
de Zubiría, mozo libre de Bacaicoa, de 30 años, hermano del acusado, también
estaba ese día en el Mesón.
Juan López .... COMPLETO EN PDF
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