Íñigo de Vicuña en pleito criminal contra Catalina, mesonera
de Bacaicoa.
Íñigo de Vicuña, soldado de la Compañía del Capitán Juan de
Prada (o Andrés Prada), decía ser de Segura, y que casado vivía en Bacaicoa
desde el año 1545, donde atendía la Tabla. El incidente que da lugar al pleito
ocurrió hacia el mes de septiembre del año 1548.
Recibe la información acerca de los supuestos insultos el
notario de Echarri Aranaz, Miguel Périz de Berástegui el 2 de noviembre de
1548:
Martín Aguado, de Echarri Aranaz,
de 60 años, había ido ese día a Bacaicoa y después de haber estado un rato en
la iglesia, en sus devociones, al salir se encontró con las airadas voces de
ambos: de Vicuña y de Catalina.
María Ochoa, de Bacaicoa, de 55
años, oyó que mutuamente se decían palabras fuertes; Catalina le llamaba “Don
Vellaco, la creatura, que tube y parí, la hize y la tube de mejor hombre
que tu
eres”, y que sentía no haberle dicho más cosas, “que hera hombre que abía echo
cedebonys”; además en la Plaza de Bacaicoa le dijo: “Vos ombre de bien en días
pasados bien me avéis seguido con pensar que me abiays de alcançar, y aver,
pero asta agora no me avéis alcançado, ny conmigo pasareis vuestros deseos,
pero que sería lo que vos a mí me pensareis azer mi marido si le hiziese a
vuestra muger esas formales palabras que le oyó decir a la dicha Catelina.”
Catalina
Zubiría, de 40 años, casada con Ochoa de Yarza de 45, presenció la riña aquel
domingo, a la salida de la iglesia; y oyó que le decía a Vicuña: “Don Vellaco
çafio, de mejor hombre, y de más honrado que de vos tube la creatura, que es un
escribano, y que ella por muger hera más honrada que él por hombre”; y añadía
después Catalina la mesonera, “cómo el dicho Vicuña le requirió de amores”; y
la testigo “tiene al dicho Vicuña por ombre de plaça”; “y esta que depone a la
dicha Catalina le tiene por mujer muy honrada, pero el dicho Vicuña, por ser
como es ombre, es en más tenido que la dicha Catalina.”
Con estos
testimonios se manda que Catalina, mujer de Joanes de Bacaicoa, se presente en
Pamplona el 9 de noviembre de 1548, donde obtiene libertad con fianza de 50
ducados; su fiador fue Domingo Elgueta(1), mesonero en Pamplona.
Íñigo Vicuña dice: “en pública plaça del dicho lugar, ante todo el
pueblo, me llamó bellaco, çafio y ruyn hombre, que había hecho cedebonis y que
era ella mejor para mujer que yo para hombre, y no contenta dello por dar
ocasión que su marido me matase en presencia del se dexó decir que yo la había
requerido de amores y que tubiese acceso carnal conmigo y preguntádole su
marido si fue después de casada, le respondió que sí, siendo todo ello falso”.
La mesonera contestó que
Vicuña le había dicho en público “puerca, suzia, bellaca y otras palabras
semejantes a estas muy feas y denigrantes”.
“Por las preguntas siguientes serán
preguntados los testigos que fueren presentados y examinados por Miguel Périz
de Verástegui, notario y comisario, por los Señores Alcaldes de la Corte Mayor,
diputado a instancia y quexo de Iniguo de Vicunya soldado contra Catalina la
Mesonera, vezina de Vacaycua y en desculpa de lo por ella, contra el dicho
Iniguo ante de agora, alleguado y quexado.
1.º Primeramente que saben, cren o
han oydo dezir que el dicho Iniguo de Vicunya soldado ha sido y es hombre
honrado e hijo de algo de su origen y dependencia y hombre casado, pacífico y
de buena vida, fama y conversación, por tal conoscido y reputado a menos que
aya hecho mal a nadi ni cosa fea ni de bellaco, como ello es público y notorio
en la villa de Vacaycua y en todo el Valle de Burunda.... COMPLETO EN PDF
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