“Contra Diego Miguel y Cristóbal Ondarra, sobre insultos al
Portero Real Martín Marín”.
Tras el
fallecimiento de Miguel Francisco Ondarra se presentan por la mañana del 24 de
octubre de 1832 a cobrar cierta deuda (de 1.300 reales), ante sus hijos Diego
Miguel y Cristóbal Ondarra; éstos niegan tener la “herencia de su padre y con
qué vergüenza se presentaba el infrascrito a reclamar la cantidad, que resulta
de la execución: que fuese a la Bardena a robar, que primero dejarían el
pellejo y morirían dentro de la casa, que dejar proceder al infrascrito”; le
echaron de casa a empujones y cerrada la puerta con llave les dijeron a él y a
sus acompañantes mil expresiones, que por decoro no anota Martín Marín,
escribano y Portero real, ese mismo día 24.
El día 27
de octubre de 1832 se hace esta curiosa declaración:
Testigo n.º 3 “Doña Fermina
Garvisu, mujer de Don Francisco Egüés... de 51 años”, dice que se quedó en
Iturmendi cuando fue el Portero Real, Miguel Marín, a casa de los Ondarra de
Urdiain, y que volvieron al mediodía diciendo que habían sido “ultrajados por
los Ondarras sin haberle querido dar auxilio el Regidor”; añade encima “que el
año de 1811, habiendo pasado con el Portero Goñi, que cree vive en Arbizu, al
referido pueblo de Urdiain y casa de los
Ondarras a cobrar este haber, que hoy
se reclama, fueron pateados en la misma casa la testigo y el Portero por la
familia de aquella citada casa, y sin embargo que también pidió auxilio el
Portero al Regidor entonces, que ignora como se llama, contestó que no daría,
pues allí no mandava la Corte, el Consejo ni el Rey, y si no dio parte entonces
fue por las guerras y turbulencias”.
El día 28 de octubre de 1832 se
reciben más testimonios:
Testigo 1.º “Clemente Albizu,
escribano real”, vecino de Iturmendi, de 26 años, dice que Diego Miguel Ondarra
es Maestro de Primera Educación y su hermano Cristóbal labrador.
Testigo 3.º “Juan Miguel
Albiztur”, vecino de Urdiain, Regidor, de 45 años, cuenta que les insultaron el
día 24 los Ondarra, que les cerraron la puerta, y que no había gente en el
pueblo que pudiera ayudar al Portero Real.
Manuel Indart, que hace de
escribano y receptor, manda este mismo día 28 de octubre que se presenten a
declarar en Iturmendi los hermanos Ondarra; pero Diego Miguel “ha desaparecido
de su pueblo”, y Cristóbal con esta que no acudirá. Por la noche se presenta
Indart, con dos Alguaciles llegados de Pamplona, en casa de los Ondarra, y sale
su hermana diciendo que estaban en casa por la mañana, y “cuando ella ha vuelto
del monte, ya no, y el Regidor Albiztur dice que a la tarde estaban en el
pueblo e ignora a donde pudieron ir”. “También certifico que habiendo
reconocido enseguida otras cinco casas propias de los tíos de los Ondarra,
tampoco fueron habidos éstos, habiéndose resistido a abrir la puerta Pedro
Esteban Ondarra, primo de aquellos, diciendo que no le dava la gana, y que ni
por el Regidor ni otra autoridad abría la puerta, hasta la mañana siguiente, de
modo que no lo verificó hasta que se presentó un tío suyo y le encargó abriese
a buenas y sin tomar otras providencias.”
El día 31
de octubre de 1832 vuelven el receptor y los dos alguaciles a casa de los
hermanos Ondarra y su hermana les dice que no los ha visto; ante esta situación
despacha órdenes de captura contra ellos por los pueblos cercanos.
María Josefa Ondarra,
soltera, hermana de los otros dos, de 22 años, explica que el embargo
intentaban hacerlo de los bienes de su madre y no de los del padre, por lo que
sus hermanos se enfadaron y los echaron de casa; después no han querido ir a COMPLETO EN PDF
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