Proceso contra Bautista Ochoa de Zubiri, preso, sobre
agresión con resultado de heridas hecha a Bartolomé Fernández de Garayalde y
Lazcano.
El día de Nuestra Señora de las
Candelas (2 de febrero) del año 1664 iba a Ubitarte Bartolomé Fernández
de Garayalde y Lazcano, de 28 años, a recoger los bueyes, que allí había dejado
pastando; bueyes y vacas estaban en una pieza de Juan Ochoa de Zubiri; un hijo
de éste, Bautista, andaba por allí y ambos traían el ganado por el Camino real,
cuando por detrás con un palo le arreó un golpe de improviso a Bartolomé; cayó
al suelo, y cuando intentó levantarse le sacudió otro en el cuello y volvió a
caer, dándole algunos golpes más, hasta que “lo dejó sin poderse menear casi
muerto”.
Algo recuperado, llegó a casa de
Don Martín de Galarza, abad de Urdiain, sin poder hablar y ensangrentado; de
allí, dos hombres en una silla le llevaron a su casa.
Era Alcalde del Valle de Burunda Juan Fernández de
Garayalde y Lazcano, vecino precisamente de Urdiain. Le preguntan a Bartolomé
si tenía alguna cuestión anteriormente con Bautista Ochoa de Zubiri, y dice que
el año que se señaló el último Tercio de soldados, era Regidor de Urdiain
juntamente con Martín de Galarza, y tocó enviar por soldado a Bautista Zubiri;
pero después de dejarlo seguro en casa de su padre, Juan Ochoa de Zubiri, y de
insultarles, se les fue y tuvieron que poner otro soldado.
A modo de represalia, también,
una noche, en la que guardaba la parva de habas Juanes de Galarza, hace 4 ó 5
meses, se acercaron Bautista Zubiri y otros compañeros suyos, y le dieron dos
cuchilladas en la cabeza, consiguiendo escaparse, aunque mientras se iba le
apedrearon, incluida su casa, de la que le rompieron una ventana.
Juan Ochoa de Zubiri y Urra
tenía, además de este hijo Bautista, otros dos llamados Pedro y Juanes, y una
hija, María. Bautista tuvo cierta pelea así mismo con Miguel Goicoechea en la
Taberna, en la cual echó mano de su espada, que a tiempo se la quitaron los
concurrentes, al igual que una daga, y ambas piezas se las rompieron; desarmado
fue a su casa y salió con un arcabuz, y con él anduvo durante la noche; al fin
disparó un tiro, que entró por la ventana de la casa de Miguel Goicoechea.
Miguel Arramendía fue el
escribano que recogió la información inicial, y por no hacerlo debidamente
sería multado con 25 libras.
El Alcalde hizo preso a Bautista
Zubiri, según da cuenta Miguel Galarza, de 47 años, que fue con él, y dice que
lo encontraron en la cocina de su casa.
Otros testigos que declaran son
Catalina de Lasaga, de 50 años, criada del abad Don Martín Galarza. Martín de
Galarza, de 68 años, dice que fue Regidor, junto con Bartolomé Fernández de
Garayalde y Lazcano, cuando señalaron por soldado a Bautista de Zubiri; fueron
a su casa y les trató de todo, y encima les engañó diciendo que iba a cambiarse
de zapatos y se escapó por una puerta falsa, dejándolos burlados; en venganza
atacaron a su hijo Juanes Galarza, dándole las dichas dos cuchilladas y
apedreándoles mientras huía de ellos; le rompieron una ventana y le dispararon
dos o tres arcabuzazos a su casa; añade que maltrató en otra ocasión a Esteban
Ochoa de Errarte de Iturmendi e incluso a su propio hermano Pedro de Zubiri,
dejándole medio muerto, y terminando al fin baldado de un brazo, y a otras
personas, además de andar de noche alborotando el pueblo; dispararon contra su
casa, marchándose hacia Tipulasoro.
Juanes de Galarza, de 29 años,
hijo del anterior, Martín, fue el maltratado y apedreado al que se alude.
Martín de Bengoechea, vecino de
Urdiain, de 27 años.
Miguel de Aguirre, vecino de
Urdiain, de 32 años,
María de Lecea, de 40 años,
casada con Pedro Abárzuza, vecinos de Urdiain; éste es Merino del Valle de
Burunda, por lo que es quien tiene preso, y en el cepo a Bautista Zubiri.
“Fermín de Juan Velz, residente
en el dicho lugar y molinero que a sido del Molino del dicho lugar el año
último... de 28 años”. (f. 25)
El 4 de marzo de 1664, “va preso
Bautista de Zubiri a las Cárceles Reales de la ciudad de Pamplona a custodia de
Antón de Galarza, Esteban de Zubiri menor, Pedro de Galarza, Simón de Iriarte,
mancebos naturales del lugar de Urdiain, a quienes nombró el dicho Señor
Alcalde para que lo lleben a las Cárceles Reales y lo entreguen preso al
Alcayde dellas de la red adentro y traygan recibo dello del Alcayde”. (f. 37)
Allí quedó preso.
El 8 de marzo dice Bautista que
entre una y otra prisión lleva más de un mes, y que como ya está curado
Bartolomé del encuentro, pide libertad; se la conceden bajo fianzas.
El día 16 siguiente, Juan Ochoa
de Zubiri, padre del acusado, sale fiador con su persona y bienes, que se
reconocen como suficientes para la causa por el Teniente de Alcalde del Valle
de Burunda, Esteban de Zubiri, en ausencia del Alcalde, Juan Fernández de
Garayalde y Lazcano, y ante el escribano José Arramendía.
Durante todo el año de 1664 el
proceso llevó en su papeleo una marcha normal, y así se llega al folio 79.
En el folio siguiente, en el 80,
se lee que el pleito lleva mucho tiempo pendiente y el Fiscal pide su solución
el 3 de octubre de 1668. El folio 81 tiene fecha del 13 de agosto de 1669,
porque otra vez había quedado estancado....
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