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jueves, 2 de enero de 2014

Urdiain: 1587: Los Ochoa de Galarza contra los Bengoechea

Queja por agresión
El 26 de octubre de 1587 Miguel Bengoechea presenta queja por agresión contra Pedro y Miguel Ochoa, escribano y Jurado, Juan López (hijo de Lope Martínez), Juanes Ochoa (hijo del dicho Miguel Ochoa), y Lope González, vecinos todos de Urdiain y Pedro López de Zubiri, vecino de Bacaicoa, Alcalde este año de la Burunda y otros.
Dice que el domingo, 18 de octubre último, “después de oscuro, yendo el dicho Miguel de Bengoechea, quexante, de visitar a un primo suyo llamado Lucas Vengoechea, que estaba enfermo, a su casa con un palo en la mano, como otras
vezes, sin hazer ni dezir mal a nadie, a su pensar salvo y seguro dentro de la protección y amparo de Su Magestad, a la casa de Lope Sanz, le salieron al camino los dichos Pedro Ochoa, (falta una palabra) y sin haber precedido palabras, ni causa, ni ocasión alguna de parte de el quexante, a trayción y alevosamente y sobre caso acordado, pensado, le quisieron matar al dicho quejante, y el dicho Pedro Ochos le tiró un alcabuçaço, y como esto vio el quexante, baxó de presto la caveça, y pasaron las balas por arriba, y como vieron que no le mataron con el dicho arcabuçaço, los dichos Pedro y Miguel Ochoa con espadas desenbainadas y los dichos Juan López y Juanes Ochoa y Lope González con sendo lançones o dardos le dieron muchas heridas, cuchilladas y estocadas y golpes en su persona y en particular en la cabeza le dieron tres cuchilladas y heridas, con que le cortaron cuero, carne y huesos y son tan graves y penetrantes las dichas heridas, que le han metido en la una catorze mechas y en las otras dos cada cinco y en la mano derecha le dieron otras dos cuchilladas y heridas, con que del todo le han cortado y perdido, de manera que más no se podrá valer della, y está después acá el dicho acusante en cama y en cura casi a la muerte con grandísimo peligro de morir, y si no se defendiera con el dicho palo y si no fuera por los que acudieron a las vozes, lo hubieran acabado de matar, como en particular lo dirán los testigos.
Ítem que los mismos delinquentes en la misma noche fueron por la misma orden armados y apercibidos al escurecer a casa del Cantero, donde estaba en el fogar, en público y abiertas las puertas, Don Baltasar de Bengoechea, presbítero hermano del quexante, en conversación con una vieja y su familia y criados por la mucha amistad, que ha tenido y tiene con el dicho Cantero, sin hazer ni dezir mal a nadie y luego sin hablar en la puerta entraron los dichos delinquentes al fogar, y le dixieron al dicho Don Baltasar en que estaba allí, tratándolo de rufián y él les respondió que estaba allí en conversación como otras vezes, que a nadie hazía agravio en ello y menos a los dichos delinquentes, que no les yba ningún interese y el mismo Cantero le encomendó tuviese quenta con su casa y sin más el dicho Pedro Ochoa desenbainó su espada y le tiró muchas cuchilladas y estocadas, tratándole de bellaco, traidor y villano, y si no fuera por los que se hallaron presentes, que se pusieron en medio, lo obieran muerto los unos con el favor de los otros, como lo dirán los testigos.
Ítem que los dichos Pedro Ochoa y Miguel Ochoa fueron de los principales delinquentes y culpados en el rapto de Doña Francisca de Eraso y se ausentaron al tiempo por no ser presos de haber cometido el delito como caudillos y después acá con mucha soberbia an dicho y se han jactado muchas veces jurando que han de matar a los que fuesen a prendarlos, y son muy soberbios y ocasionados y vezeros en alborotar y amotinar el pueblo, y en ofender e ynjuriar a unos y otros sin causa y de ello están muy notados”.

Extiende la queja contra el Alcalde, Pedro López de Zubiri, quien en lugar de actuar “contra los dichos delinquentes, andando con ellos, comiendo y bebiendo en sus casas de ellos”. (folio 1-2)

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