Olazagutia: 1832: Agustín Anzuola, José Luis Sarasola y
otros guipuzcoanos, peones camineros, son acusados de las heridas causadas a
Francisco Miguel Ezquer de Lizarraga.
El domingo 12 de agosto del año
1832, por falta de aire, tenía sin separar el grano de la paja Cristóbal Ezquer
de Lizarraga en su era de trillar. Hacia las 9 de la noche había puesto una
“jara o barrera” para impedir el paso, cuando llegaron un grupo de
guipuzcoanos, que trabajaban arrancando piedra para el Camino Real, que hacía
José Antonio Muñagorri (1794 – 1841) de cuenta de Bautista Cota y tiraron la
jara. Cristóbal les dijo que la pusieran en su sitio, y así lo hicieron:
“pero enseguida dichos provincianos le recombinieron qué
quería con ellos, y contestándoles que no quería nada, y que fuesen en paz de
Dios, principiaron sin más con él a agarrarle, rompiéndole el botón del cuello
de la camisa, insultándole con expresiones poco regulares”.
Al griterío, que se produjo,
acudió más gente y entre otros también el hermano de Cristóbal, Francisco
Miguel, que en la camorra apareció con dos navajazos en la cara. Detuvieron
tras el incidente a dos de los guipuzcoanos. Miguel Fernando Ilarraz, maestro
cirujano de Olazagutia, de 28 años, atendió al herido.
Francisco Miguel Ezquer de
Lizarraga, de 36 años, declara que ese día 12, domingo, hacia las 8 de la noche
fue a la Taberna de Francisco Ignacio Garayalde, a pagar 3 pintas de vino, que
debía, y se bebió en rancho media pinta; cuando dieron las 9, salió, y al oír
voces acudió a la era de su hermano, donde recibió las 2 cuchilladas; y dijo
que no sabía quien se las había dado.
Francisco Miguel López de
Goicoechea, Regidor, de 60 años, dice que “el domingo último doce del
corriente, acompañado del criado Diego Fernando López de Goicoechea, pasó a la
Taberna de Miguel Fernando Sáez, a cosa de las 9 de la noche, y no había más
que dos hombres, que estaban haciendo su rancho con toda paz y a los mismos
mandó se retirasen a sus casas, y al momento obedecieron y habiendo pasado a la
segunda Taberna de Francisco Ignacio Garayalde no encontraron gente en ella, y
cuando hiban a retirarse a sus casas, se tropezaron en la calle con María
Beinaran de Albiztur, viuda, la cual les manifestó que su hijo Francisco Miguel
Ezquer de Lizarraga estaba herido de mano airada.”
Los culpables eran los criados de
Bautista Aldagoiti,”que se ocupa rancando piedra en las canteras para dicho
Camino”, que hace José Antonio Muñagorri. A Aldagoiti le preguntaron “dónde
tenía los criados, y respondió que al anochecer los dejó en la choza, que
tienen para dormir en la misma cantera, cerca de la ermita de San Esteban.”
“Bautista Aldagoiti” o “Bautista Cota”, que parece su
traducción, aunque también escriben “Corta”, y “Bautista Cota de la Casa de
Aldagoiti”, o “Juan Bautista Cota”.
Quien cuidaba su era, y su cosecha, era Cristóbal Ezquer de
Lizarraga y Beinaran de Albiztur, labrador de 32 años; era cuñado de Andrés
Ignacio de Gastaminza, casado, labrador de 31 años....
<!--[if gte mso 10]>
No hay comentarios:
Publicar un comentario