CINTRUÉNIGO Y LOS JUDÍOS EN EL SIGLO XVI
En un borrador de la misma época, que la de los pleitos que se tratan en Cintruénigo se lee: "Los señores reyes don Juan y doña Catalina mandaron el año 1500, poco más o menos, que los judíos y moros, que había en el dicho Reyno, que eran muchos, por aver venido de otros reynos de España, que no los dexaban vivir en su ley, que dentre de seys años se convirtiesen a la fe católica so pena de confiscación de bienes y ser desterrados y de otras penas y que durante el dicho término, mientres no se convertían, llevasen una media luna en los pechos y otras señales, como agora se usa en Italia, pareciendo a los señores reyes cathólicos, que la conversión de éstos avía sido más por fuerça y violencia que de grado y voluntariamente, aludiendo también a la ley que los dichos señores reyes, sus predecesores avían hecho contra ellos hasta segunda generación, como es notorio, por la poca seguridad suya y porque la ubiese en la iglesia de Jesucristo y en este Reyno, procuraron sus católicas majestades que como en otros reynos de España se renovase también en éste el Sancto Oficio de la Inquisición y así a su industria el Papa León X dio su bula a 5 de julio del año 1513." Se añade que esta se instaló en Tudela el 28 de junio de 1514.
Con relación a este último punto hay en Cintruénigo un requerimiento notarial, que tres vecinos, Francisco Rodríguez, Alonso León y Domingo Gómez, dirigen el 9 de junio de 1510 al resto de vecinos, que estaban reunidos en concejo pleno; el notario da fe del discurso: "Señores, bien creemos que tendrán a memoria como dicen que los nuevos convertidos de la ciudat de Tudela an dizen que cobrado cierto privilegio de los reyes nuestros señores, a causa que la Inquisición no ande...y la Santa Inquisición queremos que ande y aga sus diligencias, segunt que se debe hacer." El resto de vecinos y los jurados dijeron que ya darían su opinión, pero ésta no aparece en la documentación hasta ahora consultada.
Los judíos que llegaron hacia 1492, apretados por las circunstancias, tenían aprendidas algunas lecciones y les serían muy útiles, cuando en el Viejo Reino se vieron ante la misma disyuntiva de bautismo o destierro. sigue en pdf
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