1627 Echarri Aranaz insulto
Miguel Jaca contra Lope Lamariano,
vecinos de “Echarri Arañaz”, criminal, sobre palabras de injuria
El 2 de enero de 1627 Miguel Jaca
protesta contra Lope Lamariano, de quien lleva sufriendo vejaciones varios años
e incluso ve peligro de que lo mate; ambos, siendo vecinos de Echarri, vivían
en “Liçarraga Sarria” (Lizarragabengoa, “Leiçarraga”, inicialmente, por la
cercana cueva similar a Koskobilo).
El 30 de enero de 1627 se queja Lope
de Lamariano de los insultos que le dedica Miguel Jaca, “diciéndoles a él y a
su muger, que tenían caras de lobo... bellaco, salteador de caminos, hijo de
ladrón y que tenía la cabeça llena de cuernos”, aunque sobre sus artículos no
hubo declaración de testigos:
“S. M. Lope de Lamariano, residente en el lugar de
Liçarraga Sarria en disculpa de la queja contra él dada por Miguel Jaca y quejando del, entiende provar lo necesario de los artículos siguientes. 1 Primeramente que el quexante es
hombre de bien, de buenas partes, quieto y paçifico, apartado de pendençias y
cortés en su tracto como dirán los testigos.
2 Iten que en el tiempo de las
ledanías trató la parte contraria a la mía mal de palabras, diciéndoles a él y
a su muger, que tenían caras de lobo y otras muy injuriosas, con las quales
obligaron a desconponelle y sin embargo no lo hiço, digan los testigos con
claridad y distinçión lo que al tiempo pasó.
3 Iten que puede haver quinçe días
que sobre la cerradura de un seto, trabaron entre ambas partes algunas palabras
y la parte contraria trató a la mía de bellaco, salteador de caminos, hijo de
ladrón y que tenia la cabeça llena de cuernos y lo mismo le a dicho en
diferentes puestos y veçes y caso negado que el suplicante aya dicho de la
parte contraria ajos a sido promovido y con el justo sentimiento de las dichas
palabras injuriosas como dirán los testigo.
4 Iten que la parte contraria es tan
soberbio que estando el suplicante en la cárcel del lugar, llegó a él y le dio muchos
mojicones y coçes y le trató mal en su persona y cometió delicto, digan los
testigos lo que al tiempo pasó”.
Declaran los testigos presentados
por Miguel Jaca y entre ellos “Pedro Ezquerra, casado con María Martiz, de 50
años, reconoce que Lamariano le llamó “en presencia de todos los del lugar de
que es persona de cenzerro”; el día de las “12 ledanías”, según costumbre,
Jaca, como jurado, quiso mandar dos pintas de vino al abad de
“Lizarragabengoa”, como otros años, después de la procesión y Lamariano se lo
quiso impedir; al no prosperar en su intento, esa noche le avisaron a Jaca que
no saliera de casa, pues Lope andaba armado con intenciones, al parecer, de
matarlo y así hubo otros encuentros. Miguel Jaca vivía en una casa junto a la
iglesia, cuyas llaves solía tener, como sus antepasados, por ser persona de
confianza.
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