Zirauqui: 1773
Vino y pitanza
“Digo yo
Juan de Flores, vezino del lugar de Arbizu, que por éste me obligo a llevar de
casa de Juan Martín de Echauri (y su bodega), vezino de esta villa de Zirauqui,
quarenta cargas de vino a precio de dos reales y medio el cántaro, y medio
cántaro de pitanza en carga, cuyo importe cumpliré para el último viage
haciendo cada uno de seis a seis días, que se cumplirá para el día ocho de
septiembre, poco más o menos, y que no teniendo novedad los vinos en este
tiempo se entiende que he de tener dicha obligación. Y si pasare y se perdiere,
será de mi quenta. Fecho en Zirauqui a siete de agosto de mil setezientos
setenta y tres; fue testigo, que firmó por el otorgante, y por sí el
infrascrito Maestro de Niños de esta villa. Jorge Antonio de Arana”.
“Félix de
Escudero, Procurador de Juan Martín de Echauri, vezino de la villa de Zirauqui,
dice que Juan de Flores, vezino del lugar de Arbizu, por el vale que presento,
se obligó a llevar de la vodega de mi parte quarenta cargas de vino a precio de
dos reales, y medio el cántaro con medio cántaro de pitanza en carga, para el
día ocho de septiembre último, y no obstante dicha obligación
tan solamente a
llebado ciento nobenta y nuebe cántaros y seis pintas en los días que por menor
se expresan a continuación de dicho vale de forma que deducidas las pitanzas
quedan en ciento nobenta cántaros y seis pintas, que a precio de los dos reales
y medio importan quatrocientos setenta y zinco reales y treinta y quatro
maravedís por quenta de los quales entregó a mi parte en dos ocasiones, como es
la primera seis reales y seis maravedíes y en la segunda onze pesos y deducidos
de dicha cantidad, le resta deber trescientos ochenta y un reales y veinte y
ocho maravedís, los que no a podido recobrar ni lo conseguirá, que no sea
apremiándosele en Justicia, en esta atención suplica a V. M. mande que dicho
Juan de Flores por testimonio de qualquiera escribano real, que le compela,
declare bajo juramento al thenor de esta petición con vista del referido vale,
si es cierta su narratiba, si por no saber escribir lo hizo y firmó Jorxe
Antonio de Arana, Maestro de Escuela de dicha villa de Zirauqui, y si en su
virtud se alla debiendo a mi parte los expresados trescientos ochenta y un
reales, veinte y ocho maravedís, y negando en todo o en parte que con su
citación se reciba información y constando por qualquiera de ambos medios lo
necesario condenarle a la paga de dicha cantidad, con costas, las quales y
Justicia pido. Félix Escudero.”
“Auto. En
Pamplona en Corte en la audiencia a cinco de octubre de mil setecientos setenta
y tres, leída esta petición la dicha Corte a mandado y por este auto manda que
Juan de Flores en ella nombrado, mediante juramento ante qualquiera escribano
real, que le compela con vista del vale, que la misma petición menciona, que
para este efecto le será exibida, declare al thenor de la dicha petición con
toda claridad y distinción cada cosa muy en particular de lo que por ella se
pide, no haviendo antes de aora jurado, declarado ni havido pleito en su razón,
y caso negare en todo o en parte con su citación se reciba información y echa,
se presente en la dicha Corte para en su vista probeer Justicia, y despachar
por auto ante mi, presente el Señor Alcalde Beortegui. Francisco de Huarte,
escribano. Por traslado, Francisco de Huarte, escribano.” (AGN Protocolos
Notariales Notaría de Alsasua, Martín Albizu legajo 51)
Pitanza: “chorrotada”; en documentación referida a Cintruénigo,
sobre echar agua a la uva declara en 1603 Diego de Muro y reconoce que en
septiembre del año anterior lo hicieron por la gran sequía, que había y a unos
castellanos, que fueron a comprarles vino, “les dijeron, tenía la dicha
cantidad de agua y por ello dieron pitança y cántaros muertos y vendieron más
barato por la dicha razón”. (AGN Proceso n.º 100142)
En la venta hecha de vinos de Ana González en 1602 se dice:
“vendieron una cuba de vino, que salieron ciento y siete cántaros, vendiose a
onze tarjas y media, con pitança de veinte un”. En 1603 dicen: “Una cuba que
salieron 65 cántaros y se vendieron a 3 reales y medio con pitança de quince
uno. Más se vendió otra cuba que salieron 22 cántaros a precio de tres reales y
medio diose de pitança de diez, uno”. (AGN Proceso n.º 30759)
En las cuentas de 1684 sobre los gastos en las viñas que
usufructuaba María Carrascón, como viuda de José González de Jate, de Milagro:
“Ítem da por descargo 428 reales que se gastaron en cavar las 120 peonadas de
viña a razón de a 3 reales y 3 pintas de viño por cada peonada y un cordero y
un cántaro de viño de pitanza, que es el estilo que corre en la dicha villa y
más diez reales por quatro días que se ocupó Simón de Luquin por sobre estante
de los dichos cabadores, que todo junto importa 438 reales”. (AGN Proceso
Pendiente, Luis de Abaurre, año 1694 n.º 29)
En su testamento del 8 de agosto del año 1420 el capitán
Gutier García de Aguilar, vecino de Tudela deja una “pitança” de 25 sueldos
sobre unas piezas para el pago de aniversarios. (AGN Proceso n.º 89739)
Equivale también a “mesada de pan, vino y aceite” de los
pastores. (AGN Proceso n.º 21766 del año 1767).. PDF DESCARGABLE
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