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viernes, 30 de diciembre de 2011

Ablitas: el Fiscal contra el alcalde del pueblo, que era Jerónimo Villalón nombrado por los Enríquez, acusado de toda clase de tropelías el año 1611

En mayo de 1611 interviene directamente el Fiscal contra la actuación del alcalde de la villa de Ablitas, cuyo cargo ejercía Jerónimo Villalón, que resultaría al final condenado por irregularidades en su desempeño.

El día 9 de mayo de 1611 se presentó en la villa un receptor a recabar información llamando a declarar a diversas personas y entre ellas a Martín Martínez, escribano real, de 50 años “y depuso como se sigue:
A la primera pregunta dixo que puede haver seys meses de tiempo poco más o menos que oyó dezir públicamente en la dicha villa que Luis Tanbo, Diego Ruiz menor y Blas de Eneriz y un tal Armisen, sobrino de Don Pedro Navarro presbítero de esta villa, todos mancebos y otros en su compañía, de cuyos nombres no se acuerda habían salido a los términos del lugar de Perdis (luego escribe Pedriz) con sus espadas y escopetas a reñir y tener pendencia con otros mancebos de la villa de Cascante, que no conoze ni tiene memoria haver oydo quienes son, ni como se llaman, sólo que deste negocio y salida tuvo noticia Jerónimo de Villaron, alcalde de la dicha villa de Ablitas y que inbió para inpedir y evitar las vías de echo que podían suceder a Jerónimo Lanz teniente de justicia de la dicha villa y que este fue con otras muchas gentes y procuraron la paz de manera que no tuvieran los sobredichos las dichas vías, riña y pendencia de tal manera que según este testigo entendió del dicho teniente de justicia los dichos de la villa de Cascante y los de Ablitas por su medio y otros que con él se hallaron después de haver escusado la pendencia, los hicieron amigos y se fueron los de la dicha villa de Cascante para ello y los de Ablitas para la suya, y sin embargo desto sabe que el dicho alcalde trató de hazer he izo diligencias para prender a los dichos mancebos de Ablitas y prendió al uno de ellos, porque los otros se absentaron y resguardaron por estonces, llamado Armisen que es el sobredicho sobrino del dicho Don Pedro Navarro y lo echó en la cárcel de la dicha villa encomendado al dicho Jerónimo Lanz, teniente de justicia y alcayde de la dicha cárcel, a donde este testigo le vio estar preso, y al otro día seguiente que le vio, oyó y fue público en la dicha villa se había ydo de la dicha cárcel el dicho Armisen y después pasado quatro o seys días vio al dicho Armisen y a los demás mancebos sus compañeros después a la havista, sciencia y tolerancia del dicho alcalde sin los prender ni tampoco haver echo cargo ni prisión alguna al dicho alcayde por havérsele ydo el dicho Armisen y maravillado este testigo de ver que de un caso tan grave com
o el sobredicho el dicho alcalde no hizo ni a echo más menzión, preguntando SIGUE EN PDF 

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